Mi Manuel y yo conocemos a Juan Manuel y Aurora desde los tiempos de la Universidad, antes incluso de casarnos. Ellos se casaron justo una semana antes que nosotros, fue un buen año para esto del casorio.
Fuimos a tomar unas tapitas al establecimiento que han abierto en Teatinos, que se llama así: Detapeo.
Antes, en Málaga, solían dar una tapita con la cerveza o el vinito, pero eso se perdió como perdimos Cuba. Ellos lo han reinventado y me gusta. Por 2 € te tomas la copa y una tapa de las que dan ellos, aquí están las que había ese día.
Es algo así como que estás en casa, vas a la nevera, te abres una cerceza y luego miras a ver qué puedes tomar para acompañarla, sólo que en Detapeo te la sirven estos dos camareros, hermanos e hijos de Aurora y Juan Manuel: Carlos y Javier, guapos y simpáticos a más no poder.
Como nosotros ya no estamos para los taburetes de la barra que son muy monos, pero el cuerpo no nos da para muchos malabarismos, nos sentamos en una zona más reservada con mesas que nos resultan más cómodas. Los fines de semana, dan tapas de marisquito, callos, migas... Ya están preparando una carta de Delicatessen de Barbate: atún en manteca, mojama de atún de almadraba, ventresca, lomo de bonito seco y muchas más cosas exquisitas.
La gente joven tiene un sitio especial para ver los partidos de fútbol a su aire, están permitidos los gritos, los uyyyy, y las protestas a los árbitros.
Aquí está Javi - niñas, está soltero - tomando la comanda, Juan Manuel, Aurora y mi Manuel de espaldas con su magnífico pelo blanco.
Y empezaron a traer cosas:
Aceitunas aloreñas, buenísimas; navajas de la bahía frescas y sin arena, ensaladilla rusa y coquinas de la Caleta salteadas.
A Juan Manuel le gusta la cocina malagueña y ese día tenían gazpachuelo, me encantó porque soy una fan del gazpachuelo, que era de pescado y gambas; espesito, como debe ser. De remate, profiteroles.
A los postres, una sorpresa. Le había comentado yo un día a Juan Manuel que me gustaría comprar un Pudding Steamer, o sea, una cazuela con tapa para hacer el Christmas Pudding que hago todos los años. (La receta Aquí). Trajo Juan Manuel un paquete y me lo dio ¡Qué emoción! Yo, venga a preguntar qué era y nadie decía nada, hasta que Aurora soltó: ¡es una ollita para cocer pan! lo que no anda muy descaminado, la verdad. Ya tengo mi ollita para el pudding. Gracias.
Pues ha llegado el momento de las confesiones: este año, tan ilusionada con mi molde nuevo que estaba yo, mientras cocía el pudding al baño maría, me puse a hablar por teléfono con mi hija Maricruz y se me fue el santo al cielo. Nada más colgar, empecé a notar un cierto olor a quemado y, efectivamente, se había quedado sin agua la cazuela donde estaba el pudding en su baño maría, que ya no era baño ni nada, ahora parecía un horno de fundición. Le eché más agua, terminé de cocerlo y recé para que por lo menos, tuviera arreglo. Cuando lo desmoldé, estaba negro, negro.
- Ay, vaya tela con los despistes ¿Qué hago yo ahora? - me dije yo a mí misma mientras miraba aquella especie de tapón gigante quemado. Como todo tiene arreglo, cuando se enfrió quité con un cuchillo la capa exterior quemada y apareció el pudding debajo. Pues no estaba ni seco ni sabía a quemado ni nada, qué suerte. La ollita sufrió un poco, pero está en perfectas condiciones de uso, bien está lo que bien acaba. Mea culpa.
Volviendo a Detapeo, a la hora del café fui a pedir un Voluto, pero como me dijeron que no lo traía George Clooney, me tomé un descafeinado. Pienso volver a menudo, ¿quién necesita a Mr. Clooney teniendo un buen Detapeo?