miércoles, 17 de enero de 2018

Sopas de ajo con jamón, huevo y hierbabuena



Tenía cita en el Hospital de Día. Esta zona no tiene nada que ver con el resto de dependencias del hospital. Para empezar y aunque tengas tu hora asignada, lo primero que debes hacer es ir al "gestor de turnos", que no es más que una máquina donde introduces el número de DNI y genera un tique en el que figura unas letras y la hora prevista para que te reciba el médico. Las letras normalmente, son las iniciales de tu nombre y apellidos. Las mías son MPC. Justo encima del artilugio hay una nota en la que aclaran que estas siglas no siempre coinciden con la iniciales, lo que le da más emoción al asunto. Acto seguido te vas a la sala de espera donde están el resto de pacientes sentados con cara de dos horas más aquí, y nos convertimos en parte del mobiliario.

Poner los ajos a freír partiendo
de aceite frío
Añadir el pan y dorar













Allí no te avisan por el nombre ni por la hora de la cita, para eso ya llevas el papelito del maquinorro. Hay unas pantallas en las que aparecen las iniciales del sujeto que llaman a consulta junto con la hora que aparece el boleto- enigma que ha generado el gestor de turnos, y el número de consulta. Esto va por plasma. En mi caso sería, por ejemplo:
MPC  10:00  Consulta 1
O sea, Maricruz Parrondo Carretero, que tiene asignada la hora de consulta 10:00 (nunca coincide) y tiene que ir a la consulta 1.

Para asegurarse de que la gente se entera cuando la llaman, suena un zumbido: MOCK y todos, como los perritos de Pavlov, levantamos la mirada a la pantalla. Si no son tus siglas, toca seguir esperando pero si son tus datos, te levantas, vas a la consulta y una menos en la sala, que está siempre llena.

Verter el caldo de pollo 
Cocer a fuego medio












El día en cuestión no estaban las pantallas conectadas, todo el mundo nos preguntábamos qué pasaba. Yo me puse a leer, hay quien aprovecha para hacer punto, otros resuelven crucigramas, muchos entablan conversación con el de al lado y no falta quien se va poniendo nervioso según van pasando los minutos e incluso horas de espera, que todo hay que decirlo. Ya estaba yo cuestionándome cómo nos las íbamos a ingeniar para enterarnos de que el médico nos llamaba a consulta, cuando apareció una de las enfermeras. Sacó del bolsillo de su bata blanca un mando a distancia, apuntó a la pantalla y se encendió. Sonó inmediatamente el MOCK de rigor, todo el mundo miró y vimos
 UNO  9:30  Consulta 2.
- Ah, el siguiente será OTRO, ¿no?
- No, no, eso son las iniciales del nombre-, aclaró una señora muy amable.
- Gracias, ya lo sé, ha sido una tontería mía. Es que, un nombre propio que empiece por U, qué curioso. A ver... no hay muchos nombre que empiecen con U... Úrsula.
- ¡Ulises!-, apuntó otra señora muy orgullosa.
- ¡Un gallifante!, ¡un punto para usted!
Se escucharon risas. Les había descubierto un juego al que suelo jugar en momentos aburridos y de espera, que por eso y otras cuestiones, no me aburro nunca. De pronto cambió el ambiente de apático y tristón a expectante. La espera se nos iba a hacer más liviana.
- Urbano-, se escuchó desde una esquina.
- ¡Exacto! Varios Papas se han llamado así. Ya casi nadie se llama Urbano-, apunté yo que no consigo estarme callada y así me pasa lo que me pasa. Nos pusimos todos a pensar nombres de personas que empezaran por U, que se nos notaba en la cara el esfuerzo mental.
- ¡Umberto!-, dijo un chico joven dos filas más atrás.
- No, no, no... Umberto es con H, protestó la señora de "Urbano".
- ¿Y qué más da? Total, como es muda...
Ya nos reíamos sin ningún tipo de recato, fuera aburrimiento.

Hasta que el pan esté muy tierno
Volcar el huevo por persona











MOCK, dijo otra vez la pantalla y apareció
ZJD  11:30  consulta 1
Nos quedamos todos mirando con la boca abierta. Si lo de Urbano y compañía ya había sido difícil, encuentra ahora alguien cuyo nombre empiece por Z. Todo un reto.
- Eso, con Z y encima llaman antes de la hora, porque hasta las once y media no le tocaba entrar-, apostilló un señor de la última fila.
- Zacarías-, dije yo que estoy acostumbrada a jugar a esto de los nombres, como he dicho antes, obviando la queja. El que espera, desespera, eso hay que entenderlo.
- Un punto para usted, me adjudicó una señora que estaba a mi lado que ya ni hacía labores ni nada.
- Oéee, celebré como si hubiera metido un gol, y poco me faltó para chocar los cinco con los de alrededor.
- Zeus, dijo alguien. Sí señor, buen tanto.
- ¿Zeus?-, cuestionó otro-. ¿Quién se llama Zeus hoy en día?
- Pues el hijo de Sara Montiel, sin ir más lejos-, contestó rápidamente una adicta a las revistas del corazón y programas de cotilleos, supuse.

Y en cuanto empiece a cuajar la clara,
el jamón
La hierbabuena ya fuera del fuego












- Hombre, no es normal pero hoy en día lo raro raro, es llamarse Pepe, digo yo porque mira qué manía de poner a los chiquillos nombrecitos extraños-, no tuve más remedio que aclarar.
Ya nos alborotamos todos, riéndonos y diciendo nombres absurdos como "Zantiago", "Zergio", "Zilvia"... Tanto se lió que salieron las enfermeras y gente de otras consultas a ver qué pasaba.
-¡SILENCIO! Que esto es un hospital, hay que guardar silencio, que lo pone ahí en ese cartel. Así que a ver si se callan todos, sobre todo usted que ha sido la que ha empezado con lo de los nombres y esas tonterías-, soltó de malas maneras una señora de la primera fila mirándome con inquina.
- No me mandaban callar de esa manera desde que estaba en el cole-, susurré a mi vecina de silla, tapándome la boca.
- Tiene usted razón- le dije-, discúlpeme, tendría que haber tenido en cuenta dónde estamos. Lo siento.
Y cuando más callados estábamos, MOCK
KFU  11:00  consulta 2
¡KUNG FU!
Tenía que decirlo. El Universo había conspirado contra mí, qué otra cosa podía hacer.




Sopas de ajo con jamón, huevo y hierbabuena

Ingredientes.
Pan asentado de miga prieta: piña malagueña, pan cateto... en rebanadas muy finas.
Caldo de pollo. He usado del que yo hago, que congelo para tenerlo como fondo.
1 cabeza de ajos.
1 huevo por persona.
Jamón ibérico cortado en lonchas finas y troceado.
Aceite de oliva.
Una buena rama de hierbabuena.

Elaboración.
Trocear los ajos como más nos guste y freírlos en un buen aceite de oliva, partiendo del aceite frío.
Justo cuando se caliente, añadir las rebanadas de pan y dorar. Esto lo hago para que no se quemen los ajos si metemos el pan cuando ya están dorados los ajos. 
Verter la cantidad necesaria de caldo de pollo, o verdura, teniendo que cuenta de que estas sopas deben ser un poco espesas. Dejar hacer entre 15 y 20 minutos a fuego medio.
Agregar ahora el huevo o huevos (uno por persona), dejar que cuaje la clara y esparcir el jamón por toda la cazuela. 
Cocinar dos o tres minutos más, poner la hierbabuena, retirar y esperar unos minutos a que la sopa tome el sabor de la hierbabuena. El barro guarda muy bien el calor, no se va a enfriar, os lo puedo asegurar.
Servir.

Y es cierto, no le pongo pimentón.





miércoles, 10 de enero de 2018

Melva encebollada.




Este verano pasado ha sido especialmente largo. Llovió un par de días en agosto, septiembre no fue típico en cuanto al estado del mar y la temperatura, usualmente muy cálida pero el agua estaba movida y un poco fría. Octubre resultó ser el mes perfecto para ir a la playa. Buen tiempo porque ya no hacía un calor agobiante, el mar normalmente en calma de temperatura más que agradable, y lo mejor, casi nadie en la playa.
Como no hay nada perfecto, a mayor temperatura del agua del mar, más probabilidad de que haya medusas. Eso es algo que todos los que vivimos en el Mediterráneo tenemos muy en cuenta, de modo que nada más probar el agua con la punta del pie al llegar, como esté muy templada preguntamos a quien ande por allí si hay medusas. Más que nada, para no correr riesgos, es muy molesto tener un encuentro con estos especímenes. En realidad no pican, el desastre se produce con el simple roce de una de ellas. Si tenemos en cuenta que en Málaga las medusas son transparentes -aguas cuajás las llamaban precisamente por su aspecto-, y casi no se ven, o tienes mucho cuidado o se acaba la diversión por ese día. Si tengo que describir cómo es la picadura de una medusa, hay tres palabras clave: dolor, picor y quemazón.

Marinar con pimentón, vinagre
 y orégano
Rehogar los ajos, cebolla y laurel












Un día de Levante flojo de octubre, llegué a la playa con el mejor de mis ánimos. Un tiempo perfecto y casi nadie bañándose. A los pocos segundos de entrar en el agua, una señora se acerca y como era de esperar, me cuenta su vida desde que se bañaba en esta playa de pequeña con sus hermanos y padres, pasando por el traslado a Barcelona con una hermana suya en busca de trabajo, hasta la marcha a Suiza sin saber idiomas, persiguiendo siempre mejoras económicas y sociales. Todo un ejemplo de superación y coraje que me tendría absorta, si no fuera porque había grupitos de bañistas mirándonos desde la orilla. Esto me distraía y me tenía un poco inquieta.
De repente, uno de ellos me grita desde la arena.
- Señora, ¡que tiene una medusa detrás!
No sé cómo, salimos las dos en menos de un segundo, lo que hace el miedo.
- Y ustedes, ¿qué hacían ahí mirando sin avisar ni nada?
- Estábamos comentando lo valiente que es usted bañándose con tanta medusa.
- ¿Y yo qué sabía, hombre de Dios? No es valor, es que nadie avisa aquí, por lo visto.
Fui a sentarme en mi sillita de playa porque el día anterior ya habían desmontado las hamacas los del chiringuito.

Dorar por los dos lados
Añadir la melva, sin pasar por harina











Al filo de la una de la tarde, aparece alguien conduciendo una pala excavadora y se dirige a la torre de vigilancia del socorrista de la Cruz Roja. Mira, para variar una distracción inofensiva, pienso.
Al llegar, maniobra con la pala y ¡oh sorpresa!, levanta la escalera por debajo y se la lleva poco a poco y marcha atrás. Me parece tan curioso que grabo unos segundos con el móvil para tener un recuerdo. De pronto, se baja de la máquina y viene hacia mí. Esto no pinta nada bien, me digo a mí misma.
- Oiga, que no puede usted grabarme-, dice con cara de pocos amigos. Todo el mundo mirando.
- ¿Por qué?
- Porque está prohibido.
- Ah, ¿sí?
- Sí, porque yo soy un trabajador que está haciendo su trabajo.
- Ya. Entonces tampoco se puede grabar a la Legión con la cabra en Semana Santa, como están haciendo su trabajo... Ni al alcalde cuando da un discurso, ni a los bomberos... A ver, usted está en la vía pública y yo sólo he grabado cómo quitaba usted la escalera, me ha parecido curioso, eso es todo.
- Pero eso es atentar contra mi intimidad (¡¿?!). Oiga, que yo trabajo para CAT, una empresa de Madrid.
Ahora me entero que grabar a un operario de playas es entrar a saco en su espacio íntimo. No quiero ni pensar en qué ámbito se sitúa cuando le frota la espalda a su señora en la ducha, pongamos por caso. Lo de la empresa de Madrid no sé qué pinta en este asunto, es un dato superfluo un tanto extraño.
- Enhorabuena, ¡tiene usted un trabajo! Porque como está el país últimamente... Pero vamos, que sigo sin ver yo el delito.

Por último el vino blanco
Cocer tapado 20 min. aprox.












- Mire usted, como lo que ha hecho está prohibido, yo la puedo denunciar. Porque lo mismo me sube usted a las redes sociales (mira qué puesto está el muchacho).
- Vamos a ver, ¿le importa decirme cómo se llama?
- Antonio.
- Antonio, ¿qué más?
- No pienso decirle mi apellido-. Al final, este Antonio va a ser un famoso de incógnito, como si lo viera.
- Hombre, si me va a denunciar, me gustaría saber exactamente quién lo hace. ¿O es que me va a denunciar su em-pre-sa-de-Ma-drid?
- Que eso está prohibido por una ley.
- Bueno, dígame cuál y ya veré yo qué hago, Antonio.
- Que está prohibido, es como si yo vengo y la grabo a usted en la playa.
-Hágalo cuando quiera, no me importa, a lo mejor me sale novio y todo.
Antonio se quedó mirándome sin decir nada. Se produjo una especie de duelo de miradas en silencio hasta que dije.



- Antonio, ¿no le parece que hace mucho calor para ponerse a discutir por algo tan tonto como esto? Que no es nada personal, que a usted yo ni le conozco, que era lo de la escalera, nada más.
- Bueno, si no la voy a denunciar ni nada.
Qué buena persona después de todo, Antonio. Espero que no se enteren en su empresa de Madrid que ha perdido como quince minutos de su horario laboral con el tole-tole de las leyes que prohíben hacer vídeos en las calles y playas.
- Venga, pues ya está. Mucha calma, hijo mío.
Total, que hemos sido el pasatiempo de los bañistas por culpa de la manía persecutoria de Antonio.
Aquí está el vídeo incriminatorio, en el que ni siquiera se distingue a Antonio, pero no me ha dado la gana de decírselo. Y sí, ahora ya está en las redes sociales.

También hay un señor que observa atentamente el acto íntimo de Antonio trabajando en la playa. A él no le amenazó con una denuncia porque mirar no está prohibido por ninguna ley. Todavía.





Esta receta de melva me la dio un pescadero en El Puerto de Santa María. Desde entonces, suelo prepararla así.

Melva encebollada

Ingredientes.
Una melva de 1,5 kg aproximadamente, limpia y en rodajas.
1 cebolla cortada en juliana.
2 o 3 dientes de ajo troceados.
1 vaso de vino blanco de buena calidad.
1/2 vaso de vinagre de vino blanco o de Jerez. En este caso, poner solo 1/4 de vaso.
2 hojas de laurel.
Pimentón dulce.
Orégano.
Sal.
Aceite.

Elaboración.
Salar las rodajas de melva y ponerlas a marinar con el vinagre, el pimentón y orégano, una hora más o menos.
En una sartén, rehogamos el ajo y la cebolla con el laurel hasta que esté blando. Entonces colocamos las rodajas de melva sin enharinar, y las doramos por los dos lados.
Añadimos el vino blanco y dejamos cocer tapado 15 o 20 minutos aproximadamente. 
Yo lo sirvo con pimientos rojos asados. 


domingo, 7 de enero de 2018

Berenjenas fritas con miel de caña. Mi truco para que no queden aceitosas.

 

Este verano he pasado tanto tiempo en la playa, que ya no sabía si dar mi dirección o directamente la de la tumbona del chiringuito frente a casa. Siempre es buena idea relajarse y descansar respirando el aire marino y oyendo el susurro de las olas, bajo un sol tamizado por la sombrilla de brezo tamaño XXL, que para quemarte tienes que ingeniártelas y salir de ahí a propósito de vez en cuando porque entre eso y la protección 50 que te aconsejan todos por aquello del cáncer de piel, no hay quien se ponga morena. Aunque yo he conseguido tener un bronceado aceptable de esos que te hacen parecer de mejor familia.

Partir de la forma deseada
Salar en un colador











Disfruto de la tranquilidad como el que más, pero en verano y en Málaga es muy difícil. Las playas se llenan de propios y extraños y me he enterado este año que reservan las tumbonas para los fines de semana, con lo que el primer domingo que se me ocurrió bajar, me dijo el hamaquero que estaban todas reservadas menos las de atrás, que para eso mejor me quedo en mi terraza, bajo a bañarme directamente de casa y subo a tomar el sol cada vez. Qué agonía de personal. Yo veo más razonable que se ocupen las hamacas según vamos apareciendo, que esa es una de las manías de la gente, que mandan a uno a reservar asientos para el resto, en iglesias, recintos con sitios sin numerar y hasta taburetes en las barras de los bares. Y aunque esté todo vacío, al final resulta que está ocupado. Así de absurdo. Todo esto intenté hacérselo ver al hamaquero que al final zanjó el asunto con un "señora, que yo soy un mandao". Pues sí.
Incluso con estos ligeros inconvenientes, es relajante y divertido a la vez. Y como no sé qué pasa conmigo, que la gente me habla aunque yo no diga nada, me veo a menudo en situaciones cómicas. Como el día que estaba yo tan feliz, nadando en plan patito en un estanque y una señora me comentó lo buena que estaba el agua, que menos mal que no hacía tanto calor como el año pasado y que es mejor madrugar para hacer la comida antes de bajar a bañarse. Del tirón. Por supuesto, respondí yo mientras flotaba disfrutando del momento y la señora se alejaba meciéndose como un corcho que lleva la corriente. Al momento, un caballero que también sobrenadaba cerca, lo mismo.

Pasar por harina


- ¡Qué buena está el agua!, ¿verdad, señora?
- Sí que es verdad, hoy está divina.
- A mí, es que el agua me da la vida -siguió hablando.
- Sobre todo, con este calor y lo limpia que está.
- Yo, de joven, estuve en el Sahara durante dos años y ¿quiere usted creer que no cayó ni una gota?
- Claro hombre, por eso es un desierto, porque no suele llover. -ya estaba temiendo que me contara su vida y, teniendo en cuenta que había empezado por el Sahara, de arena y dunas no íbamos a salir en el primer capítulo. Y yo quería estar sola.
- No sabe usted lo que echaba de menos el mar.
- Ay sí, lo imagino. A los que hemos nacido en puerto de mar, se nos hace cuesta arriba no verlo.
- ¿Usted es de aquí?, -preguntó a bocajarro.
- Pues sí.
- Es que no lo parece, cualquiera diría que es usted extranjera. Lo digo por el color de sus ojos - puntualizó así, como tomando confianza.
- Eso me ha pasado desde que nací, ya estoy acostumbrada a que piensen que soy guiri.
Y en vista de que seguía allí como el dinosaurio de Monterroso, anuncié.
- Bueno, pues voy a ver si nado un ratito, encantada de hablar con usted-. Las buenas maneras, ante todo.
- Igualmente, señora.

Pasar por el agua, y llevar a la sartén
Freír a fuego medio-alto












El día siguiente, hacía Levante. Las playas de Málaga no son como las del Atlántico, que tienes que andar un buen trecho para que el agua te cubra. Las playas de Málaga te sorprenden. No suelen ser de arena en el rompeolas, son de piedrecitas que llamamos chinos, y nada más entrar es usual que haya uno o dos escalones en la arena de la orilla de modo que, antes de que te des cuenta, ya no haces pie. El problema es al salir cuando hace mala mar, que tienes que luchar con la resaca, aprovechar el impulso de las olas, salvar los dos escalones al tiempo que procuras no perder la estabilidad, hasta que pisas la arena enchinada y te sientes a salvo más o menos. No es nada fácil, así que ofrecemos aterrizajes-espectáculo de todo tipo: haciendo la croqueta, incrustando las rodillas en el rompeolas, a cuatro patas y, la más espectacular, salida de gimnasta olímpico con clavada de pies y brazos extendidos para mantener el equilibrio. Los hay que prefieren formar grupos de dos o tres personas apoyándose unos a otros como los náufragos que por fin llegan a la playa. Muy entretenido.
En estas consideraciones andaba, cuando oigo que me saludan. El mismo señor de ayer.
- Buenos días, señora. Hoy está el agua movida, ¿eh?
- Ah, buenos días. Eso parece, sí.
- Y ¿qué tal?
- Pues aquí, pensando en la manera de salir con tanta resaca.
- Usted no se apure, que cuando quiera salir, me avisa y yo la ayudo-. Y como lo que más me agobia es tener a alguien pendiente de mí, contesté sin pensarlo
- Muchas gracias, la verdad es que saldría ahora mismo.
Entonces ese caballero, tomó mi  mano muy delicadamente con la suya y allí que nos dirigimos empujados por las olas y con toda suavidad a la orilla. Éramos como una pareja versallesca inaugurando el baile a ritmo de rigodón. Y justo cuando tocábamos tierra firme, me miró y dijo:
- Permítame que le diga que usted, de joven, ha tenido que ser una malagueña muy guapa.
- Ay, muchas gracias pero nunca lo pensé, es usted muy amable.

Dorar por todos lados
Escurrir sobre papel absorbente











O sea, que yo, que todavía me siento como si tuviera cuarenta años, me dí de bruces con la cruda realidad. Ya no soy joven. Se rompió el hechizo y en ese momento me sentí herida de verdad. En el pie. Había pisado algo que se me clavó en el talón. Me agaché y resultó ser una cuchara. Sopera. La recogí y me puse a mirarla extrañada.
- Eso es una cuchara -sentenció al más puro estilo masculino de resaltar lo obvio-, y debe ser del chiringuito, aclaró en un alarde de razonamiento hipotético-deductivo que ni el mismísimo Karl Popper se habría atrevido a poner en tela de juicio. Le dí las gracias de nuevo y me fui a mi hamaca hecha un mar de dudas: ¿La llevo al chiringuito? No, porque deben tener las suficientes como para andar recogiendo las cucharas que se les pierden. ¿Me la quedo yo? Tampoco, a saber con cuántos talones ha estado en contacto. ¿La llevo al contenedor de reciclaje?  No hay para el menaje de mesa ni metales en general, que yo sepa. Al final la metí en una papelera, que no iba a dejarla tirada por ahí. Asunto resuelto.

Cubrir ligeramente con miel de caña


Esta receta es típica de verano, aunque ya podemos encontrar berenjenas casi todo el año.


Berenjenas fritas con miel de caña 

Ingredientes. No doy cantidades.
Berenjenas.
Harina. Yo uso la harina para freír pescado, me gusta que sea gruesa. Pero vale cualquiera.
Agua.
Sal.
Aceite de oliva. 

Elaboración.
Lavar y secar las berenjenas, las vamos a freír con piel. 
Cortarlas en la forma que prefiramos: rodajas, bastones..., disponerlas en un colador, salarlas y dejar media hora mínimo. Al cabo de este tiempo, secarlas sin enjuaga.
Pasarlas por harina, mojarlas en agua fría y freírlas inmediatamente en aceite de oliva caliente. 
Cuando están doradas, sacarlas y colocarlas sobre papel absorbente para que suelten la grasa sobrante. 
Servir calientes. 

He probado todos los trucos que me han llegado para impedir que la berenjenas salgan aceitosas: sumergirlas en leche, cerveza o gaseosa. Este de pasarlas por agua me lo enseñó una asistenta que tuve hace ya años y que era de pueblo. Es el que mejor resultado me ha dado.
También hay quien las reboza en tempura. Tengo que probarlo.



lunes, 28 de agosto de 2017

Judías verdes en ensalada


Pues ha sido Feria en Málaga. No sé cómo, la cosa se ha ido complicando año tras año. Que yo recuerde, antes de 1987 no había pregón ni pregoneros. Tampoco había romería al Santuario de la Victoria con abanderado de postín y todo, ni el preceptivo momento del  encendido del real de la Feria, que está lejos de la ciudad en El Cortijo de Torres y se arman unos amontonamientos de coches espantoso. Y eso que el Ayuntamiento recomienda que vayamos en autobús, que este año hemos tenido que hacerle caso porque los taxistas se pusieron de huelga  por no sé qué historias suyas.

Lavar las judías
Quitar las puntas y los laterales
 con un pelador












Lo de la Feria de Málaga tiene su origen en la toma de la ciudad por los Reyes Católicos en 1487. El resto de Ferias suele venir de las ferias de ganado que se celebraran en cada sitio. Aquí no había comercio de ganado y la pesca no daba para tanto. Así que los malagueños tenemos como jolgorio adicional, la romería al Santuario de la Victoria de la que tampoco recuerdo que se celebrara antes; y últimamente hay una cabalgata histórica que recrea el momento de la toma de la ciudad por sus Católicas Majestades. No le falta un detalle aunque esto es de hace tres o cuatro años. Hay un montón de figurantes vestidos de época con unos ropajes pesadísimos que, en pleno mes de agosto, ya tiene mérito. Las únicas que lo pasan bien son unas bailarinas ataviadas en plan árabe que bailan la danza del vientre y van ligeritas de ropa como es costumbre. El resto suda a base de bien. También hay representación de la comunidad judía, no queremos que nadie se sienta ninguneado. Aquí suda todo el mundo como está mandado.

Al ser anchas y planas, cortarlas por
la mitad a lo largo y a lo ancho
Cocerlas en agua hirviendo salada unos
12 minutos con la cazuela destapada.












Como no estamos acostumbrados, la gente se sorprende al ver un desfile de repente por el centro de Málaga y no sabe muy bien si se trata de una fiesta de moros y cristianos que nos han prestado los del Levante español donde hay sitios que estas fiestas han sido declaradas de interés nacional, estamos celebrando unos Carnavales fuera de temporada, puede que sea un spot publicitario - que resultaría un poco largo -, e incluso el rodaje de una película. Pero disfrutan grabando con los móviles lo que pueden. La apoteosis final se alcanza cuando el jefe de los moros entrega las llaves de la ciudad al de los cristianos que dice: "que ondee de la torre más alta de la Alcazaba, la bandera castellana". Efectivamente, aparece una bandera que se supone castellana en una de las torres de la Alcazaba al son de una composición musical triunfante y la gente aplaude con fervor. Luego bajan en procesión hasta la puerta de la Catedral que da a la Plaza del Obispo, posan todos tan satisfechos y ya está. No sé yo si esto cuajará.

Cocer las patatas troceadas en agua caliente
Cuando vuelva a hervir, unos 10 o 12
 minutos












Lo que sí ha arraigado es el pregón. Empezó este acto de exaltación de la fiesta, según define pregón la Real Academia de la Lengua Española, en el año 1987 de la mano del periodista Alejo García que había nacido en Alhaurín el Grande. El año siguiente fue el maestro del columnismo Manuel Alcántara, conciso, irónico, incisivo y divertido; siempre recordaré una de sus columnas en las que hablaba de los viajes del IMSERSO que ya estaban de moda y describía: " ...y se bajaron de los autobuses, viejas de ambos sexos". Desde entonces, no he vuelto a mirar a los grupos de ancianos de la misma manera. El año 1989, el encargado del pregón fue Rafael Pérez Estrada, hijo del médico y alcalde de Málaga Manuel Pérez Bryán y Mª Pepa Estrada, pintora naïf e hija a su vez del prestigioso abogado criminalista José Estrada y Estrada que fue Diputado en Cortes por el partido Liberal-Conservador y más tarde Ministro de Justicia y Ministro de Fomento. Era tan buen letrado que hizo famosa la frase de: "mata al rey, vete a Málaga y que te defienda Estrada".

Escurrir sin refrescar

Pasamos al año 1992 en el que tomó el relevo la poetisa malagueña Mª Victoria Atencia. Ganadora de premios importantes, a pesar de no haber concurrido a ninguno, Hija Predilecta de Andalucía, Doctora Honoris Causa de la Universidad de Málaga... piloto de aviación, casada con Rafael León, doctor en Derecho que fue Teniente de alcalde delegado de Cultura en 1968 promovió la Universidad de Málaga, la Casa natal de Picasso entre otras iniciativas. Tanta seriedad y erudición fue demasiado para los malagueños que sólo querían que empezara la diversión. Primero, el cóctel de rigor en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga, lleno de concejales, representantes de la cultura malagueña y medios de comunicación. Ejerció de anfitrión el entonces alcalde socialista Pedro Aparicio, médico, humanista y discreto como pocos.

Acomodar en el plato de servir y aliñar
Toma mejor el aliño estando templada












Salió Mª Victoria Atencia al balcón del Ayuntamiento flanqueada por el alcalde y el concejal de Cultura de entonces Curro Flores, popularmente conocido como "el sobaco más ilustrado de Málaga", ya que siempre iba con el País debajo del brazo.  En mi vida he visto nadie con más clase que la pregonera del año 1992. El parque estaba atestado de gente impaciente por que se diera el pistoletazo de salida. Pedro Aparicio la presenta y ella toma la palabra. No he podido encontrar la grabación ni el texto del pregón, por eso voy a usar el pregón del año 2012 a cargo de Dani Rovira para recrearlo, yo nunca he escrito pregones.
- ¡Buenas noches Málaga! - (Aplausos del público). A continuación, capítulo de agradecimientos al alcalde, concejales y a todos los que han hecho posible este honor.
- No podéis, de verdad os digo que no podéis haceros ni una idea de lo agradecida que me siento porque vosotros, malagueños y malagueñas hayáis querido que yo sea la pregonera de esta Feria.
- Eeeeria, eeeeeria, eeeeeria..., se escuchó como un eco de un grupito. Mª Victoria miró asombrada, pero siguió sin descomponer el gesto.
- Gracias, muchísimas gracias por hacer que esta noche quizás se convierta en la más bonita de mi vida.
- Iiiiiida, iiiiiiida, iiiiiida - se escuchó de nuevo. Volvió a mirar a la concurrencia y siguió aguantando el tipo.
- Si os soy sincera... - Aquí se paró a respirar y ya todo el mundo coreaba a gritos.
- Eeeeeera, eeeeeera, eeeeeera.
- Miro a los ilustres pregoneros que en estos años han pregonado estas fiestas y la verdad es que me siento muy pequeña.
- EEEEEÑA, EEEEEÑA, EEEEEEÑA, berreaba ya la plebe. El alcalde puso cara de póquer, Curro Flores y su sobaco ilustrado, impasibles; los maceros del Ayuntamiento situados en segundo plano, ni mu. Entonces Mª Victoria, inteligente además de culta y con saber estar, metió la directa, tomó aire y se dedicó a leer a toda velocidad. DesdequesupequeibaaserlapregonerademiciudadlasensacióndellevarunaresponsabilidadmuygrandenomehaabandonadoporreglageneralnoselegísporquesomosrostrosmásomenosconocidosporquenuestraprofesiónesmásdecaraalagaleríayporquellevamoselnombredeMálaga  - Aquí ya tuvo que respirar y se escuchó un clamor:
- ¡¡Áaaaaalaga, áaaaaalaga, áaaaaaaaalagaaaa!!

Que yo recuerde, ha sido el pregón más divertido de todos. Últimamente se celebra en un escenario que montan en la playa de la Malagueta, el alcalde Francisco de la Torre y el concejal de Cultura en la retaguardia. Ya no hay maceros pero sí hay un intérprete de la lengua de signos. Los tiempos cambian.





Judías verdes en ensalada con bonito, huevo duro y aceitunas

Ingredientes. No doy cantidades.

Judías verdes.
Patatas especiales para cocer.
Bonito en conserva. En este caso, al natural.
Aceitunas negras.
Huevos cocidos y troceados 
Para la vinagreta:
Aceite y vinagre en la proporción de 3 a 1. 
Sal.

Elaboración.

Lavar las judías verdes, quitarles los extremos y los filos. Con un pelador salen muy bien. Cocerlas en una cazuela con agua hirviendo salada, sin tapar. Esto es para que conserven su color verde.  Cuando rompa de nuevo el hervor, contar 12 minutos aproximadamente. Escurrir y no refrescar, así no pierden la sal y toman mejor el aliño que se lo pondremos cuando está todo tibio.
Trocear las patatas y cocer en agua hirviendo salada, entre 10 y 12 minutos porque al estar partidas no tienen que cocer 20 minutos como suele ser habitual. Escurrir y no refrescar por la misma razón.

Disponer todo en la fuente de servir, hacer la vinagreta y verterla sobre la preparación. Servir templada o fría.






lunes, 10 de julio de 2017

Micuit de hígado de rape.


 Micuit es una palabra francesa que significa "medio cocido". Es el resultado de dar una cocción suave que potencia el sabor del producto. Hubo un tiempo en que el segundo idioma en Bachiller no era el inglés, era el francés. Fueron esos años en que los españoles éramos anglófobos por tradición de nuevo cuño. La Pérfida Albión tenía la culpa de todos nuestros males y el Peñón de Gibraltar salía a relucir cada vez que el Gobierno tenía problemas, exactamente igual que ahora. Pues en ese tiempo, yo estudié francés en el Bachillerato, lo del inglés vino después. En el colegio de religiosas donde hice el Bachiller teníamos muchas actividades escolares y les gustaba el teatro especialmente. No sé a quién se le ocurrió que las alumnas de francés hiciéramos una función con El Principito en su idioma original, o sea, en francés.

Desangrar el hígado en agua bien fría
Quitar los nervios 











Mi amiga Linda que era canadiense francófona hacía de narrador; yo era el Principito por ser menudita y rubia, y gran parte de la clase completaba el elenco. Había especial interés en que saliera bien ya que venía la Provincial de Andalucía desde Sevilla o Córdoba, no recuerdo bien.
El profesor era D. Rogelio y nos convocó para la primera lectura del texto. Todo iba más o menos bien, hasta que llegamos a la escena en que aparece el zorro por primera vez con el verbo apprivoiser (domesticar, amansar), en casi todas sus variantes.  La compañera que hacía de zorro se atascó con la pronunciación y empezó una lucha de nervios tremenda. Apprivoiser suena algo así como apgivuasé, eso fue bien, pero después venía el imperativo apprivoise moi (amánsame, domestícame) y soltó:
- Apge vú se muá, que si lo oyes, suena casi, casi como: "Voy detrás de ti" -. D. Rogelio la miró atónito.
- Niña, ¿¡Pero qué dices!?
- Ay, perdone D. Rogelio, que me he liado... Apgivú-sí-muá!
- No, no, noooo. A-Pgi-Vuá-Se-Muá. Venga que no es tan difícil.
-Mmmm... A-pgi-vulá-se-muá!
- Ay por Dios, pero ¿Qué pasa? ¡Si apprivoiser lo has pronunciado perfectamente, chiquilla! Venga, con calma.
- A ver... A-pgi-vúuu-se-lá! Ufff, tampoco -, dijo la pobre ya sudando la gota gorda, mientras las demás procurábamos que no se nos notara la risa. D. Rogelio propuso, con muy buen sentido, saltarnos esa parte y seguir con el resto que, obviando ese contratiempo, fue muy aceptable.

Macerar con el brandy, el vino fino
 y laurel
Entrar al frigo 24 horas












Estuvimos ensayando un montón de días, la niña de apprivoise moi lo hacía perfecto a veces y otras se liaba, lo que daba un extra de emoción. Tuvimos ensayo general con vestuario y todo porque algunos personajes llevaban disfraces francamente complicados como el zorro, la rosa y la serpiente, que además tenía un inconveniente añadido: no podía caminar, tenía que reptar. La madre de la que hacía de serpiente le hizo una especie de saco acabado en punta por los pies con una tela que era igualita a una piel de serpiente y para que apareciera alguien la empujaba un poquito desde bambalinas. Cuando tenía que desaparecer, una mano agarraba la punta y tiraba para adentro.

Secar con cuidado
Envolver en papel film




Y en papel de aluminio


Y llegó el gran día. Toda la comunidad, los profesores y D. Rogelio a punto de un soponcio pero aguantando el tipo la mar de bien. La serpiente apareció y desapareció como debía en su primer encuentro con el Principito; el zorro pronunció apprivoise moi aceptablemente y una profesora que tenía problemas de sueño se durmió en primera fila. Linda y yo ya empezamos a mirarnos de aquella manera y las que estaban entre bambalinas cuchicheaban con guasa. En el momento de mayor tensión dramática, cuando en la última escena la serpiente promete al Principito que va a enviarlo al planeta de donde vino, haciendo que se duerma matándolo, la encargada de hacer salir a la que hacía de serpiente con la tontería de andar riéndose porque la profesora de Ciencias se había dormido, le dio un empujón que acabó en mitad del escenario que, a todo esto, era muy pequeño.

Entrar al horno a 100º 3 horas
Sacar y dejar enfriar 

Abrir y lonchear


 Pues aquella criatura tenía que irse reptando, que no podía porque los brazos los tenía dentro del disfraz, a ver cómo lo hacía. Quien reptó fue la encargada de meterla dentro que apareció por detrás dio un tirón, el saco se desgarró y desaparecieron las dos arrastrándose hacia atrás muy poco dignamente. Yo ya lloraba pero de risa mientras hablaba de mi rosa, sola en mi planeta; Linda se dio la vuelta para que no vieran que también hablaba entre espasmos lacrimógenos y D. Rogelio directamente apoyó la frente sobre una mano como si estuviera meditando. Al final todo el mundo debió de pensar que llorábamos de verdad y nos aplaudieron a rabiar. Lo que son las cosas...


Micuit de hígado de rape

Últimamente se ha puesto de moda utilizar productos marinos, desde algas hasta lo que se ha dado en llamar "casquería del mar". Esta es una de las preparaciones que me gusta, no tiene nada que envidiar al micuit de hígado de pato. Solo hay que asegurarse de que el hígado de rape está muy fresco. El resto... paciencia.

Ingredientes
Hígado de rape muy fresco. En este caso fueron tres hígados que pesaron en total 800 gr aproximadamente.
2 vasos de vino fino oloroso.
2 copas de brandy
3 hojas de laurel.
Sal.
Pimienta.

Elaboración.

Desangrar el hígado en agua muy fría durante 30 minutos más o menos. Quitar los nervios. Salpimentar y poner a marinar con el vino oloroso, el brandy y las hojas de laurel. Tapar y entrar al frigorífico durante 24 horas.
Precalentar el horno a 100º C y cocerlo al baño maría durante tres horas.
Sacar, dejar enfriar, desenvolver, lonchear y emplatar. 


lunes, 3 de julio de 2017

Ortiguillas fritas




Si tuviera que elegir una sola película para salvar de un supuesto escrutinio al estilo del que hicieron el cura y el barbero con los libros de D. Alonso Quijano en El Quijote, sería La Ventana Indiscreta de Alfred Hitchcock. En realidad su nombre original es Rear window que traducido significa "la ventana de atrás" o "la ventana trasera". Pues da la casualidad de que yo tengo una ventana de atrás, una de las de mi cocina, que da a la parte trasera y desde allí veo todo lo que pasa en un bloque de pisos de los años setenta que ya estaba allí cuando nos mudamos. Y, evidentemente, es una ventana indiscreta aunque yo no haga ejercicios de voyerismo como hacía James Stweart. Porque si tú estás desayunando, almorzando o cenando en la mesa de tu cocina, lo más normal es que mires por la ventana.

Escurrir y salar
Enjuagar bajo el agua del grifo











 Todo empezó con un vecino que era exhibicionista aunque yo creo que era de estas personas a las que les gusta ir al natural. La asistenta que teníamos entonces  ponía el grito en el cielo cuando lo veía desnudo asomado a su balcón.
- Ay, ay, ahí está otra vez ese tío asqueroso -,  y se liaba a gritar : ¡guarro, sinvergüenza, cochino, voy a llamar a la Policía!
- Pero chiquilla, que no lo mires. No grites, que no es necesario y sobre todo, no insultes que está muy feo. Además, está en su casa y allí puede hacer lo que quiera, mujer.
Pues todos los días lo mismo, una trabajera que tenía yo por culpa del muchacho que no veas...
El nudista se fue y su lugar lo ocupó un joven que preparaba oposiciones a algo, se pasaba el día con unos folios en la mano, recitando lo que leía y dando paseos arriba y abajo del salón. A veces lo grababa y luego lo repasaba con un cronómetro en la mano. Espero que haya aprobado.

Disponer sobre un paño de cocina limpio
Secar delicadamente con otro paño











En otro de los pisos vive una señora que no sé cómo describir. Todo lo que tendría que ir a la basura, lo tira por la ventana: las colillas, lo que barre en la terraza, las hojas de las plantitas, (que por mucho que las cuida, se le mueren todas unas detrás de otra, menos un bonsai que yo creo que es artificial, siempre está lo mismo), vasos de agua, papeles... A veces me dan ganas de hacer un cartel con una hoja de cartulina que ponga "COCHINA" y enseñárselo cada vez que la vea haciendo esas cosas, pero no me atrevo porque tiene cara de pocos amigos. No me fío, que la gente no suele admitir sus fallos y se pone violenta.

Freír en abundante aceite de oliva caliente
Pasar por harina de pescado 











Dos pisos encima del suyo, vive un matrimonio muy pulcro. Tanto, que el marido sacude las sábanas por la terraza y los manteles con las migas y todo eso. La justicia universal hace que caiga sobre la señora de abajo. De modo que también pensé escribir por detrás de la cartulina "COCHINO" pero no lo hice por los motivos expuestos anteriormente.

Hay un piso que ha cambiado mucho de inquilinos o dueños. Después de estar ocupado con un montón de personas de Europa del Este, hace dos años que hicieron obras y entró un matrimonio de mediada edad. Ella, no sé cómo decirlo sin ser políticamente incorrecta, pero está gorda. Es muy limpia de verdad. Todas las mañanas sale con su albornoz, abre el armarito de los utensilios de limpieza que tiene en su terraza, saca un bidón enorme de lejía y echa un buen chorro en un cubo. Yo, que tengo problemas con el cloro, que empiezo a lagrimear, a no respirar bien y acabo vomitando, siempre pienso lo mismo: con la de sustancias que hay para desinfectar y la gente tiene que usar ese veneno pestoso, qué asco. Hace como un mes, apareció también una señora mayor, supongo que la madre de la señora obesa, y un perrito Yorkshire. Creo que ahora la señora con sobrepeso usa más lejía si cabe.

Sacar y colocar sobre papel de cocina
para que absorba el exceso de aceite
Deben quedar crujientes












La semana pasada, estaba yo desayunando cuando veo que sale a la terraza una chica joven, pienso que hija de la señora rolliza y se apoya sobre la barandilla mirando a lo lejos y detrás, un... a ver cómo lo digo para no ser políticamente incorrecta. Pues un negro. La cosa es complicada, aquí no podemos decir Afroamericano, tendríamos que decir.. algo así como... ¿Afrohispano? A ver si a los hispanoamericanos no les gusta. ¿Afroibérico? Esto recuerda a una raza de cerdos que, por muy selectos que sean, no suena bien. Pues no me queda otra: negro tipo subsahariano, con unas bermudas blancas impecables, un polo azul marino y unos náuticos. Muy elegante.
- Mari, desde luego que en ese piso donde la señora corpulenta aficionada a la lejía, cada vez hay más gente. - En realidad, siempre digo "la gorda" porque no sé cómo se llama, pero estoy esforzándome en ser políticamente correcta, no me gusta que me tachen de insensible -. Fíjate que ahora aparece una jovencita con el que supongo que es su novio. Qué graciosa.
- Si es que, menos mal que hoy en día, no hay problema con las parejas de distinta raza - dice Mari que tiene la mente muy abierta.
- Pues ella parece que está como enfadada, él le ha dicho algo y ni ha pestañeado.
En esto que el muchacho que había entrado en la casa, sale con una botellita de agua y empieza a esparcirla por el suelo de la terraza.
- Uy, Mira qué considerado, está refrescando la terraza. Cuando la señora oronda se dé cuenta, no veas la que se va a liar.



Entra otra vez y al momento vuelve a salir con un coco. También riega con el agua del coco, el perrito aprovecha para salir y lamer el suelo, con lo que el muchacho de piel oscura lo mete dentro muy delicadamente, eso sí.
- No me lo puedo creer, lo va a dejar todo hecho un asco, esa pobre mujer tan limpia lo va a pasar mal -. A todo esto, yo ya voy por el segundo café, una intriga...
- ¿Qué te crees que hace ahora el muchacho? Pues viene con un ramo de rosas blancas de tallo largo, qué tierno.
Y entonces, se lo pone por detrás encima de la cabeza a la joven, que sigue en el mismo plan de mujer de Lot. Ya me empiezo a reír, pienso que no son maneras de intentar que se le pase el enfado a la chiquilla. Acto seguido, se pone a deshojar las rosas y esparce los pétalos por el suelo.
- ¡Lo que faltaba! Ay Dios mío, que solo le queda cantarle una saeta, por favor.
Ante mi sorpresa, ella se da la vuelta y el muchacho moreno enmarca su figura con lo que queda del ramo de rosas. Esto ya es demasiado raro, digo yo. De repente, lo veo claro: ¡habíamos asistido a un ritual de limpieza del aura de la niña o de lo que sea que hagan con estas cosas! Nunca había presenciado nada igual. No volveré a mirar  La Ventana Indiscreta con los mismos ojos.



Ortiguillas fritas

Las ortiguillas no son vegetales, como podemos pensar debido al nombre. Son anémonas marinas que viven adheridas a las rocas del fondo. Se suelen pescar a unos pocos metros de profundidad. El nombre vulgar - el científico lo miráis en la Wiki -, se debe a que liberan una sustancia urticante que inyectan a los peces y mariscos que comen. Afortunadamente, pierden la capacidad urticante al cocinarlas. 
Deben comprarse crudas aunque ha habido intentos de venderlas precocinadas y congeladas pero no son para nada lo mismo. Yo las encuentro últimamente en el Mercado de Atarazanas de Málaga que las venden en bolsas de plástico duro llenas de agua de mar y bien cerradas. Están vivas y tienen fecha de caducidad. Mejor, imposible. Un último apunte: las ortiguillas te encantan o las odias. A mí me encantan por su sabor a mar y a yodo. 

Ingredientes.

Ortiguillas vivas. Vienen en agua de mar, en bolsas de 1/2 kg.
Harina de freír pescado. Es más gruesa y la fritura queda más crujiente.
Sal.

Elaboración.

Sacar las ortiguillas del envase, colocarlas sobre un colador y enjuagarlas bien bajo el chorro de agua fría. Salarlas.
Disponerlas sobre un paño limpio de cocina bien extendidas y secarlas con mucho cuidado cubriéndolas con otro paño. A continuación, pasarlas por la harina, sacudirlas ligeramente y freírlas en abundante aceite de oliva muy caliente. Recuerdo la norma básica para freír bien el pescado: a menor tamaño, mayor temperatura. Así que hay tener mucho cuidado de no tenerlas friéndose más de medio minuto.
Sacarlas y ponerlas sobre papel absorbente para que suelten el exceso de aceite. 
Servir calientes.
Una advertencia: tardan mucho en enfriarse, por dentro. Cuidado porque no te quemas si las coges con la mano, pero al morderlas arden.