viernes, 22 de junio de 2012

Mermelada de cerezas, las tres preguntas y el deshuesador


Cada vez que compraba algo para la casa, desde que nos casamos, Manuel y yo teníamos el mismo diálogo que consistía básicamente en contestar tres preguntas, a las que seguía una conclusión.
1º. Éso... ¿Qué es?
2º. ¿Para qué sirve?
3º. ¿Dónde lo vas a poner?
4º. Conclusión: no cabe.

Como el día que llegué con una mesita velador, que seguimos el guión acostumbrado:
- Manuel, ¡mira lo que he comprado!
- Éso, ¿qué es?
- Hijo, por Dios, una mesita velador... Yo diría que un tablero redondo de madera con taracea, sobre un pie, también de madera que acaba en tres patas pequeñitas, no tiene misterio ninguno.
- Y ¿Para qué sirve?
- Pues para poner una lamparita de lectura, o un jarrón pequeño con flores, o el libro que estés leyendo... yo qué sé.
- Uhmm... y ¿Dónde lo vas a poner?
- En esa esquina, justo al lado de la butaca orejera.
- No cabe. 
Era divertido, porque con el tiempo ya me sabía el protocolo, casi podía anticipar la conversación. Hasta que el día que aparecí con el deshuesador, que me ganó por la mano.
- Mira lo que traigo.
- No me digas más: ¡es un abridor antiguo, sirve para abrir las latas de una manera extraña, lo vas a colocar en el cajón de los cachivaches de la cocina, y sí cabe! 

Menos en lo de qué era y para qué servía, acertó en lo demás ¿Es listo o no es listo mi Manuel? De esto hace ya más de 20 años, y contra todo pronóstico, el deshuesador no se ha perdido en ninguna de las mudanzas que hemos hecho, ahí sigue en la cocina, que cada vez está más llena de aparatos, instrumentos y moldes, y todavía siguen cabiendo.



Si yo me pierdo, que me busquen en las ferreterías antiguas de Málaga, que allí estaré mirando embobada los escaparates, que me gustan hasta las hileras de llaves Allen o las llaves combinadas, ordenadas por tamaños, a quien se le diga... Y los muestrarios de tiradores de puertas, o los llamadores de esos que son una manita que agarra una bola, o la cabeza de un león, que yo no me he comprado ninguno porque eso sí que no le iba a hacer gracia a mi Manuel; o los taladros que en Málaga llamamos guarritos, porque los primeros que tuvimos aquí eran de la marca Warrington y claro, como la fiebre de los idiomas no había llegado se quedó en guarrito, de manera que si un malagueño te dice que va a por el guarrito para hacer un agujero en la pared, no hay que creer que se va a liar a dar golpes con el cerdito Babe, es que va a por el taladro, cosas nuestras.

Y es que en las ferreterías no me importa esperar mi turno, sobre todo si hay algún fontanero comprando esas cosas que piden ellos: codos, tuberías de tanto y cuanto de diámetro, latiguillos, sifones...  que no sé cómo tengo valor, porque todavía recuerdo el primer fontanero que vino a casa, y cuando llegó Manuel le dije tan tranquila que había tenido que cambiar el bote sinfónico, no podía parar de reír y se tiró una temporada diciendo: oye... ¿Y cómo dices que se llamaba éso que tuvo que cambiar el fontanero? Pues por lo que me cobró, bien podía tener música.

El deshuesador viene muy bien para vaciar las aceitunas y las cerezas que, si os gustan tanto como a mí y hacéis mermelada, ahorra mucho trabajo. 




Ingredientes.
Cerezas en su punto de madurez.
El mismo peso de fruta limpia y deshuesada, de azúcar.
El zumo de un limón.
Un chorrito de Kirsch (opcional).

Elaboración.
Lavar, quitar el rabillo y deshuesar las cerezas. Pesarlas.
Pesar la misma cantidad de azúcar blanquilla normal. También se puede poner mitad y mitad de azúcar blanquilla y azúcar moreno, pero entonces el color no queda tan brillante, se oscurece un poco.
Colocar en una cazuela amplia el azúcar y las cerezas por capas, empezando y terminando con azúcar. Dejar reposar unas horas, yo lo dejo toda la noche en el frigo.
Añadir el zumo del limón, y llevar a fuego medio. Remover a menudo.
No es necesario espumar.
A los 30 minutos, aproximadamente, estará lista. Se comprueba echando unas gotas sobre un plato limpio, poner el plato vertical, y deben resbalar muy lentamente.
Apartar del fuego y triturar con la batidora de mano hasta conseguir la textura que queramos.
Por último, verter el Kirsch.
Llenar los tarros en caliente, tapar y dejar enfriar boca abajo para que hagan el vacío.






23 comentarios:

  1. Que sencillo lo esplicas, me voy a atrever.
    MUACKS me encanta tu forma de esplicar la receta :-)

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  2. Estoy en el trabajo leyéndote y me dicen, ¿Laura de qué te ries, que se te están saliendo los lagrimones?

    Jajjajaaj yo creo que lo de los hombres con nosotras es calcado en casa casa y, me parece un resumen totalmente exacto de lo pasa en nuestras casas, eso qué es, si no cabe...jajajaj de verdad me parto.

    Yo todavía no he comprado un deshuesador de cerezas, pensaba que no era lo útil que parece. Yo para hacr la mermelada de cerezas las "rajo" con la thermomix y después es más fácil quitarle el hueso, no sé qué será mejor. Desde luego la mermelada de cerezas es brutal, para mí la mejor junto a la de naranja. Y ya mismito ya mismito tengo que hacerla, que es temporada.

    Un besazo!

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    1. jajajaja!! ¿Has visto?
      No he probado lo de la thermomix, porque cuando me compré el deshuesador no existía, pero si te viene bien, estupendo!
      Besitos

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    2. Hola... me ha hecho gracia.
      Tengo un deshuesado desde la noche de los tiempos porque es heredado. Es parecido a esto: http://img241.imageshack.us/img241/2340/prensaajos3zn3.jpg
      Un saludo

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    3. Se me disparó el publicar, pensando que me daría a elegir.

      Pues bien, les cuento. Yo el artilugio famoso lo heredé de una tía abuela y no sabía muy bien de qué iba y se quedó unos años en el cajón sin uso alguno. Hace 20 años vi que unos amigos lo usaban para los ajos, ¡mano de santo! no hay que pelar, no se mancha una las manos ni huelen ni nada y encima tiene todo el juguito. Anduve dándole vueltas a ver a quién se le pudo ocurrir eso. Seguro que la demanda sería de alguna señora que no quería oler a ajo... En sus recetas la condesa de Pardo Bazán decía eso de los ajos ara que no te huelan las manos que los pelen las criadas.

      La parte similar a lo que viene en la foto de la receta, nunca la usé hasta ponerme a hacer la mermelada de cerezas. Y espero encontrar algún uso más.

      Yo soy de las que me pierdo en una ferretería, me encanta todo lo que hay, desde el tornillo a cualquier invento reciente que sirva para lo que sea.

      Un saludo

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  3. ¿Y digo yo, por qué los maridos nos tienen que controlar hasta donde vamos a poner esto o aquello? jajajja, ya bastante tenomos nosotras con preguntarnos... Pá qué habré comprado esto, y, donde lo pongo y, nos convencemos nosotras solas diciéndonos... ¡Seguro que sirve para algo! ¡¡coño, que al final... a los muchos años, sirve!!
    Con esta mermelada me has dejado kaos, ¡impresionante el color y, está buenísima! en cuanto tenga un rato me voy a la ferretería más cercana y, además una excusa perfecta para visitarla.
    He despertado a mi nuera e hijo de su ratito de siesta en mi salón con mis carcajadas.
    Un fuerte besote guapísima, ¡eres única con tus relatos!

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    1. Kesito, guapa!
      Seguro que si te pones, haces una mermelada de cerezas perfecta...
      Espero que tu hijo y tu nuera me hayan perdonado lo de la siesta, porque todavía tengo muchas historias que contar, jajaja.
      Muchos besitos y haz la mermelada que es facilísma.

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  4. Buenas y calurosisimas tardes....me encanta leerte...así de directa, eres única, salerosa a más no poder, y con un arte...que "pá" qué.....
    Tu harías buenas migas con mi marido, no hay nada que le guste más que pasarse horas en una ferretería pero al mayor, estilo Bauhaus, Leroy et.... ya me he acostumbrado y le hecho paciencia (que es la madre de todas las ciencias)...paciencia que me sirve cuando le pido que vea "cachibaches" de cocina....
    Algún día vendras a casa, disfrutarás con su taller...es una ferreteria en miniatura, todo con un orden perfecto.
    No tengo deshuesador....tendré que buscar uno...igual hay algún "artilugio" que me pueda hacer las veces si me animo a preparar tan riquisima mermelada (que por cierto es la que más me gusta, de cerezas) y es que es una de mis asignaturas pendientes en la cocina....nunca me he atrevido a hacerla....el miedo a las conservas......
    Tu la bordas.......
    Muchos besitos y un abrazo a Manuel de mi parte.

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    1. Toñi, a mí sí que me gusta leerte, con esa prosa que tienes tan poética y tan divina!!
      Dile a tu marido que va a tener que enseñarme esa ferretería en miniatura, que me va a encantar.
      Piérdele el miedo a las mermeladas, que son muy fáciles, siempre es igual: la misma cantidad de fruta limpia que de azúcar, y el zumo de un limón para aportar algo más de pectina, por si acaso.
      Besitos, amiga.

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  5. Yo alucino contigo, y deseando estaba de leer tu receta.
    Para mí, como te dije antes, la mermelada de cereza es la mejor de todas (aunqeu la de breva está deliciosa, y la de nectarinas, distintas). Pero la de cerezas me pirra. Y yo me compré un deshuesador en Valencia, ¡fíjate tú dónde fui a por él, y estoy muy contenta también para estos menesteres!
    Me ha encantado tu entrada, las conversaciones con tu Manuel, y la gracia que tienes, chiquilla, nos tienes embobadas.

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    1. Mª Ángeles, que conste que fuiste la única que adivinó de qué era la mermelada!
      No sé porqué fuiste a Valencia a por el deshuesador, en Málaga los hay a montones en las ferreterías, claro que si no vas, pues no los ves jajajaja.
      Gracias por tu comentario.
      Muchos besitos, guapa

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  6. jajaja todos son iguales.

    La mermelada un lujo, el artilugio para los huesos no lo tengo, tendré que ir a la ferretería y buscarlo sobre todo ahora que Marta ha descubierto las cerezas y hay que quitarles el hueso.

    Besitosss

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    1. Reme, todos somos iguales... porque anda que no nos ponemos pesaditas ni nada las mujeres cuando nos da por preguntar aquéllo de "¿en qué piensas?", que los ponemos de los nervios, porque ellos no quieren molestarse en contar que están pensando en cosas tan importantes como: "¿por qué demonios no tengo un Ferrari?", o "¿qué hace mi equipo que no gana ni un partido?" jajaja.
      Si Marta (es una muñeca) ha descubierto las cerezas, ya puedes correr a comprar un deshuesador!
      Muchos besitos.

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  7. Que me he reido con tu relato. Pues mi padre le dice al guarrito, "marranito", el desvarío es ya total...jejeje.
    Fíjate por donde hace poco comentaba con Laurita las ganas que tengo de hacer mermelada de cereza y zás, vas y la publicas, esto es una premonición de que tengo que hacerla si o si.
    Besitos

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    1. Ay, Oli tu padre qué arte jajajaja.
      Chiquilla, haz ya la mermelada de cerezas, que se nos va la temporada y como dice casi todo el mundo, es una de las mejores mermeladas.
      Besitos

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  8. ¡Ay Maricruz!. Que mira tu por donde me ha venido esta receta que ni pintada. La madre de un amigo mio la hace, pero como es alemana (ni papa de español) no tenía yo muy claro como hacerla. Aprovecharé la temporada.
    Gracias guapa.
    ¡Ah!, por cierto. A mi también me encantan las ferreterías...

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    1. Posti, que las mermeladas son de lo más fáciles, sólo tienes que poner la misma cantidad de azúcar que de fruta limpia, dejarla reposar unas horas y cocer a fuego medio dando vueltas de vez en cuando...
      Luego ya, si quieres le añades algún aroma y eso es todo :)
      Menos mal que también te gustan las ferreterías, ya pensaba yo que era un bicho raro.
      Besitos

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  9. Hola Maricruz, jejejeje.. que ya he comprado el deshuesador, justo al lado de mi casa en la ferreteria. Un invento buenísimo, en un santiamén, un kilo deshuesadas e, hice pasteles y bizcochos de cerezas que están de muerte.
    Muuuuuuuak.

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  10. Kesito, ole. Yo acabo de deshuesar un kg de ciruelas imperiales, es algo que engancha jajajaja.
    Besitos, guapa

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  11. Hola te acabo de encontrar.
    Me encanta tu debilidad por las ferreterias, me siento totalmente identificada

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  12. Por cierto, tengo un deshuesador desde hace la tira.
    Y también una especie de tijera para cortar la piel de las castañas antes de asarlas... muy útil también ;)

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