Hay un nene en el vecindario que le tomó afición a esto de tocar el tambor, cosa de lo más normal en Andalucía donde todo lo arreglamos sacando los santos a la calle. Que no llueve, santos en procesión para pedir lluvia; que llueve sin parar y estamos todos cada vez peor del reuma, santos en procesión para pedir que deje de llover. La única diferencia, es que los tapamos con plásticos en el segundo caso, que tienen que durarnos mucho. Y claro, donde hay una procesión, hay una banda de música con tambores. Entonces, a los niños se les antoja y no paran hasta que les compran un tambor de juguete con el que dan la murga durante un tiempo.
A la mayoría se le olvida, pero los hay que se entusiasman y siguen. Este niño empezó a los cuatro añitos o así, y la verdad es que era muy gracioso, tan formalito, desfilando entre los parterres de la urbanización, dando vueltas y haciendo sus pausas y todo. Solía bajar con el padre o la madre al filo de las ocho de la tarde, y ensayaba un ratito. Al año siguiente, ya aprendió a hacer redobles, qué monería. Le compraron otro tambor que, aunque pequeñito, ya no era de juguete. Ahora sonaba más. Y el niño tenía ritmo, nos acostumbramos a que sonara todos los días a la misma hora. Deben ser casi las ocho, decíamos en casa.
El niño ha ido creciendo - el tambor también - ahora debe tener como siete años. Lleva hasta grupo de amiguitos aficionados al aporreamiento tamboril y menos mal que suele tocar él sólo, los demás le acompañan como una corte pretoriana.
Hace unas semanas, la cosa pasó a mayores. El tamborilero y sus fans se dedicaron una tarde entera a dar zambombazos al tambor con la baquetas, vaya jaleo, sin ritmo, armonía, swing ni nada. Esto pasaba de castaño a oscuro, así que decidí tomar cartas en el asunto y me asomé al balcón.
Yo no necesito gritar, ni me gusta ni hace falta. Basta con poner las manos rodeando la boca, en forma de bocina y la voz se proyecta que da gusto. Esa es la buena noticia. La mala, es que suena un tanto fantasmal, como de ultratumba, queda un poquito raro.
- Niño... niño... ya está bien con el tamborcito ¿no? Que llevas más de cuarenta minutos dando porrazos, hijo mío... El niño miraba a su alrededor con cara de asombro, sin saber muy bien de dónde venía aquella voz. Los adláteres, también. Hice señas con los brazos, como cuando los naufragos quieren que los descubran los de los barcos que pasan a lo lejos. Cuando me vieron, insistí.
- Sí, sí, que ya va siendo hora de que lo dejes, anda guapo... De un banco cercano, se levantó una señora joven, que resultó ser la madre, y empezó a gritar - no todo el mundo sabe lo de las manos en forma de megáfono -.
- Uf, uf... No te metas con mi niño, que no está haciendo nada malo.
- Si yo no digo que esté haciendo nada malo, lo que hace es mucho ruido, que no hay quien aguante esos porrazos, mujer... que lleva ya mucho tiempo con el machaqueo...intentamos razonar mi voz apocalíptica y yo.
- Vaya, qué delicadas somos...ni que el niño estuviera matando a alguien... Por lo visto, aquí no te puedes quejar hasta que no hay un baño de sangre o algo así.
Se fue a por el niño, lo agarró y se lo llevó a su casa con aires de reina ofendida. Con lo fácil que habría sido apuntar al niño en la cofradía de La Esperanza, o en la banda Gibraljaire, que se pasan la vida ensayando para que cuando sacamos a los santos vayan a compás, como debe ser, y no dan la lata a nadie porque para eso lo hacen en sitios donde los de los alrededores ya están acostumbrados, y van y vienen marcando el paso como algo natural.
En este punto, los del club de fans del tamborilero, reaccionaron. Uno me hizo corte de mangas, otro se volvió y me enseñó el culete moviéndolo como los patitos sobrinos del Tío Gilito y el más pequeñajo, que no levantaba ni un palmo del suelo, apretó los puñitos a la altura del pecho, entrecerró los ojitos y ¡me sacó la lengua! No bajé a comérmelo a besos, de milagro. Tardé mucho rato en poder dejar de reírme para contarle a mi Manuel lo que había pasado, que me dijo lo de siempre: un día me van a pegar por tu culpa. Yo comprendo que los niños iban armados con baquetas, pero no creo que sea para tanto...
Ingredientes. No doy cantidades.
Naranjas.
Azúcar.
Caramelo oscuro:
- 350 gr de azúcar
- 5 cucharadas de agua.
Elaboración.
Lavar y secar bien las naranjas. Pelarlas con cuidado, para no arrastrar la parte blanca.
Cortar en juliana muy fina las pieles de la naranja y escaldarlas en agua hirviendo, a fuego suave, durante 3 minutos. Colar y reservar.
Terminar de pelar en vivo las naranjas y cortarlas en rodajas. Colocarlas en un cuenco y espolvorearlas con azúcar.
Reposar durante 2 horas como mínimo.
Hacer el caramelo con el agua y el azúcar, cociendo a fuego vivo durante un par de minutos o hasta que tome color ámbar.
Colocarlo rápidamente sobre un cuenco con agua e hielo, para detener la cocción y que no se queme.
Volcarlo sobre el mármol de la encimera o sobre una lámina de silicona y extenderlo. Dejar enfriar.
Cuando esté bien frío, romperlo con el rodillo de amasar, por ejemplo, o con cualquier otro utensilio firme.
Colocar las tiras de piel sobre las naranjas, y por último, los trozos de caramelo. Servir frío.
Muy rica la receta como siempre, y en cuanto a la historia, te lo voy a poner en mayúsculas para que se oiga bien:
ResponderEliminarPIIIIIPA,
PARAPIIIIIPA.
PORRÓN, PORRÓN PORRÓN...
Jejejeje.
Saludos GUISADORA.
Jajajajaja!! Venga, vámonos de procesiones con los santos, Posti...
ResponderEliminarBesitos
ja, ja, lo que me he reido, que arte tienes para contarlo y para cocinar!! Besitos!
ResponderEliminarHelena, guapa!! Me alegra que te guste, tú sí que tienes arte y salero :)
EliminarBesitos
Jejejeje.. Tu Manué tiene razón, un día de estos ya veras, que mira que los crios tienen mu mala leche y las guarda todas... Ya verás tu, cuando el niño tenga treinta años y te vea en primera fila viendo las procesiones... el pasando con su tambór to grandote y se le escape el palito dirección hacía donde estés ehhhh.... jajajaja.
ResponderEliminarLa ensalá me ha encantado y, la historia... me imagino el ruido...¡qué dolor de cabeza! :)
kesito, como que ya no sé si salir de casa con una bolsa de papel en la cabeza para que no me conozca el niñó, ay...
EliminarLa ensalada es muy sencilla y refrescante, pruébala.
Besitos guapa!!
Mari Cruz la próxima vez que nos veamos yo quiero saber como es esa forma tuya de gritar porque no me la imagino jajaja. Ten cuidado con los niños que hoy no se les puede ni toser, vaya tela.
ResponderEliminarLa receta muy buena, como siempre.
Un beso guapa.
Mª Carmen
Mari Carmen, recuérdamelo y te hago una demostración, ya verás...
EliminarGracias, princesa y besitos :)
Buenos dias.....Ante todo, riquisima receta, original y dulce como tu.
ResponderEliminarLa historia: que una vez más me has hecho acompañarte y estar contigo en tu balcón mirando hacia abajo....vamos que veo a la madre y a los chiquillos cuando vaya al mercado de Huelin a comprar y los reconozco, aunque no toquen el tambor.
Bien es cierta la "tradición tamborelil" de los malagueños...semana santa, navidades, feria, verdiales....y te cuento, a casa a pesar de los 3 kmts. de distancia llega la "dichosa" musiquita, que cada noche en el llano del Plaza Mayor es donde desde hace años, las bandas de música ensayan....
Besitos y que tengas un feliz dia...
Ya te digo Toñi, aquí en cuanto te descuidas, ya estás oyendo las marchas de las bandas como si fuera la banda sonora del día a día. Así que también el niño hecho un espontáneo del asunto, pues muy fuerte, jaja.
EliminarGracias por tu comentario, guapísima!
Besitos
mira que te leo desde hace tiempo, desde que te conocí a través de algunos blog amigos y siempre me río con tus historias, jejeje anda que la del abogado, jajaja pero ésta la supera con creces, me imagino al niño chico, con los puños en alto y esos ojitos desafiantes, jejeje. ahora ya si, que me meo de la risa...... felices fiestas y un abrazo fuerte. me llevo un par de lonchitas de naranja vale????
ResponderEliminarFelices fiestas para ti también Pilar!! Me gusta que lo paséis tan bien como yo, que me pasa de todo, y con todo me río jaja.
ResponderEliminarSírvete toda la naranja que quieras, estás en tu casa.
Muchos besitos, guapa!!
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ResponderEliminar(Disculpa ni error al escribir).
EliminarMuy dulce la ensalada y muy buena la historia. Te sigo hace tiempo.
Un abrazo
Gracias, Belen.
EliminarHe visto tu blog y me gusta, ya tienes una seguidora más :)
Besos.
Mari Cruz, Desde Mi cocina en nuestra tierra malagueña, desde la misma orilla de la mar, deseo que la bruma y el salitre que transportan las olas rompiendo en el rebalaje de nuestras costas te haga llegar todo lo mejor a ti y a tu familia en este año 2013 Felicidades y un fuerte abrazo preciosa.
ResponderEliminarGracias, Toñi. Nosotros también deseamos lo mejor para ti y tu familia, y que el año próximo sigamos con esta amistad que nos ha regalado el 2012 :)
EliminarMuchos besos y todo mi cariño, guapa.