domingo, 26 de agosto de 2012

Pollo a la cerveza y la extraña desaparición en el campo.


En las vacaciones de este año en El Puerto de Santa María, hemos visto que el mirlo que vive en el hibiscus del jardín, tiene una compañera. Han atrapado al soltero de oro del entorno. Por las mañanas temprano, sale a darse una vueltecita, nos mira mientras desayunamos y aprovecha para hacerlo él también, tiene mucha destreza sacando lombrices y cada vez se toma más confianzas con nosotros. Dice Mari Carmen que vamos a tener que cobrarle alquiler, o que por lo menos pague la mitad del IBI, que están los tiempos complicados.

Mi Manuel, que silba como los ángeles o mejor dicho, como un canario flauta, habla con el mirlo todas las mañanas. Y el mirlo le contesta. Dicen que San Francisco de Asís hablaba con los animales, pues mi Manuel habla con un mirlo. Todo será que el mirlo, cuando vuelva al nido, le cuente a la mirlo: ¿Te puedes creer que acabo de hablar en otro idioma con alguien en el jardín?












Una tarde vino Maite a vernos. Es amiga de Mari Carmen y ahora, también nuestra. Con ella nos reímos hasta las lágrimas, porque es encantadora, graciosa y divertidísima. Pero le dan miedo los pájaros y las aves en general y cuando vio al mirlo que se acercaba dando saltitos, empezó a rebullirse en la silla.

- Es que a mí, me dan miedo los pájaros, dijo con una risita nerviosa.
- Eso le ha pasado de toda la vida, puntualizó Mari Carmen sin inmutarse.
- ¡Cuéntale a Maricruz lo del pollo del campo, Mari Carmen!, saltó Maite con la carcajada ya asomando a los ojos y los labios.

Resulta que estaban pasando unos días con sus familias,  en el campo de unos amigos, y mientras compartían un rato de charla en el porche, vieron acercarse a una gallina con todos sus pollitos detrás. A Maite le entró el pánico y Mari Carmen, que es muy resolutiva, le dijo:

- Tú no te preocupes, que ahora mismo les tiro una piedra y los ahuyento. Dicho y hecho: cogió una piedra del suelo y la lanzó con tan mala fortuna, que le dio en la cabeza a uno de los pollitos, que cayó fulminado al instante. Debió ser algo así como ¡¡CLONCK - PLOFF!!, y el pollo hacia atrás patas para arriba. Muerto. De un chinazo. Mari Carmen jura y perjura que ella tiene muy mala puntería, pero aquel día fue como lo de David y Goliath, solo que al revés, qué vida más injusta.

Tuvieron que llevarse el cuerpo del delito y enterrarlo bajo un árbol lejos de allí, porque la guardesa, según ellas dos, seguro que tenía los pollos contados; se daba cuenta de si alguien había tronchado una ramita de las plantas para llevarse un esqueje... Todavía estará dando vueltas a la extraña desaparición del pollito un día de Primavera de hace no sé cuántos años.




Ingredientes.
1 pollo de campo, en cuartos.
1/2 litro de cerveza.
1 cabeza de ajos.
Aceite de oliva.
Pimienta negra recién molida.
Sal.

Elaboración.
Como el pollo era de campo, lo hice en la olla super-rápida, pero si es un pollo normal, mejor hacerlo en cazuela porque se va a deshacer.
Golpear los ajos sin pelarlos. Dorarlos en la olla en un fondo de aceite de oliva. Reservar.
Salpimentar el pollo.
En el mismo aceite, dorar los trozos de pollo, primero con la piel tocando el fondo y cuando estén bien dorados, dar la vuelta.
Volver a introducir los ajos y añadir la cerveza.
Poner la válvula de la olla en la máxima presión y cocer durante 20 minutos.
Cuando haya perdido toda la presión, abrir.
Emplatar y servir.

Se puede hacer en una olla o cazuela normal, sólo hay que vigilar que quede tierno sin deshacerse y controlar que no se quede sin líquido.













8 comentarios:

  1. ¡qué pinta Dios mío! y yo hoy ceno natillas sustitutivas de una comida, buaaaaaaaaaaaaa!!!

    ResponderEliminar
  2. Ay, pobrecita Bere... Y el tipito que se te está poniendo?? Ánimo, que ya te queda menos, guapa.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  3. jajaja eso porque Maite no vio uno de los pollos de mi madre, corriendo escaleras arriba desplumado y con el cuello colgando, aún tengo recuerdos y no los quiero ver, a no ser que sea en el plato.

    La receta buenisima.

    Besitossss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uff... Eso lo vi hacer yo a un pavo y no me quiero ni acordar jajajaja.
      Gracias, mil besos, guapa.

      Eliminar
  4. Riquisima receta....me encanta, la cerveza le da a éste tipo de carnes un sabor muy especial.
    ¡¡ Yo sería incapaz de matar un pollo !! Creo que no lo comería, tendría que hacerme vegetariana y pasarme a tu ensalada anterior, eso sí, con langostinos.
    O mejor aún, esa riquisima y especial ensalada de ahumados que apareció en el diario SUR el pasado Sábado.....Enhorabuena por ello, te mereces todo los reconocimientos grastronómicos habidos y por haber.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Toñi :)
      Yo tampoco mataría un pollo, primero y principal porque no me gustan a no ser que sean de campo, campo y guisados con algo que les dé sabor.
      Enhorabuena a ti porque tus recetas y tu blog son lo más, precioso en el suplemento del SUR, te lo mereces de sobra.
      Besitos

      Eliminar
  5. Adoro el pollo, y demás aves, con cerveza. Salen deliciosos!! También me encantan tus historias, mi madre es muy "fans" y yo, por supuesto, también :)
    Lo de los kaptchas (¿se pone así?) lo tengo que investigar, prometido!
    Besicos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que la cerveza les da un regusto especial, ¿es o no?
      Me alegro que a tu madre y a ti os gusten mis historias, gracias :)
      Te dije lo de los kaptchas, porque como ya no veo bien de cerca, tengo que buscar las gafas de leer, encontrar la distancia y dejarme las pestañas mientras me acerco y me alejo de la pantalla, vamos un relío!! jajajaja.
      Pero está bien así... no es grave.
      Besitos y saludos a tu mami.

      Eliminar