Mi amiga Rosalía es letrada porque estudió
leyes y porque además entiende y sabe de letras, no como aquél hombre del campo
de Manolo Escobar que, pese a todo, el que le buscaba lo encontraba, qué bien.
Cuando subí esta entrada Aquí de cómo hacer unas
empanadillas fritas hojaldradas, me dijo que ella las hacía al horno. Me gustó
la idea, aquí están y por eso llevan su nombre, a cada uno lo suyo.
Mientras las hacía recordaba mi experiencia
en los tribunales. Por mi profesión, emito muchos informes psicológicos y me
paso mucho tiempo en los juzgados yendo a ratificar los informes y en contacto
con abogados de una y otra parte. Pero una vez, tuve que vivir la experiencia
desde el otro lado. Un paciente en desacuerdo con el informe que emití en una
demanda de divorcio, me demandó a su vez, por revelación de secreto y tuve que
buscarme un abogado penalista y un procurador, que todavía no tengo yo muy
claro la figura de los procuradores, pero los abogados y ellos siempre van
juntos en esto de los juicios.
Primero
teníamos que comparecer ante el juez, que decidiría si había motivos o no para
encausarme, o como se diga eso. Fuimos al despacho del juez en los juzgados que
entonces estaban en el Palacio Miramar, que cualquiera que haya ido sabe que
era un laberinto de despachos y pasillos, todo muy desordenado y sin señalizar
ni nada. Después de esperar un montón de tiempo, nos llamaron. Entramos detrás
de alguien que nos iba guiando y al rato de dar vueltas y atravesar salas y
ficheros, entramos al despacho del juez y empezó la cosa. Muy educado, me
indicó con la mano que me sentara en la silla frente a su mesa, y por poco le
doy la mano, como la tenía extendida… Mi abogado, que se dio cuenta, me dio un
codazo.
El juez me preguntó mi profesión, cuántos
años de experiencia tenía, y no sé cuántas cosas más. De repente dice:
- Que ella estaba presente cuando
la parte actora…
- ¿Ella? Ella no estaba, sólo
estaba yo con el Sr. X… ¿Quién es ella? – dije yo con los ojos como platos -.
Era verdad, había una chica tecleando en un
ordenador al lado del juez, que se echó a reír. Primer pisotón de mi abogado
que estaba sentado a mi izquierda.
- Ay, perdone, señoría, no me he
dado cuenta…
Siguió preguntando, la secretaria pudo
escribir sin que yo la interrumpiera, y llegó el turno de preguntas de la
abogada de la parte actora, o sea, el que me había demandado, para entendernos.
Estábamos metidos en el asunto de lleno, cuando sonó mi móvil.
, Señora, ese móvil, por favor,
apáguelo; en realidad tenía que estar apagado, - dijo el juez.
- Uy, perdón, balbucí yo intentando apagar el
móvil. Segundo pisotón de mi abogado, que me quitó de un manotazo el móvil
porque yo no daba con la tecla y lo apagó.
- Es que es nuevo de ayer, y no sé
cómo se apaga, disculpe. El juez me miró con cierta intensidad.
La abogada de la parte actora siguió
interrogándome como si yo fuera el enemigo público número uno, que se ponen
todos hechos unas fieras, parece que se toman el asunto como algo personal; y al rato el juez me dijo que saliera y
esperase. Me levanté, dije buenas tardes porque ya era tardísimo, salí por la
puerta y me perdí. No había manera de volver a la galería donde está todo el
mundo hablando por las esquinas con sus abogados y mirándose de reojo unos a otros, qué poca intimidad. Estuve un
rato dando vueltas por despachos vacíos, habitaciones-ficheros, puertas que
daban a otras puertas… y al abrir una puerta resultó que era el despacho del
juez del que había salido, sin querer había vuelto al punto de partida. Me
miraron todos como congelados en el tiempo.
- Uh, perdón, es que no sé salir
con tanto despacho y eso…
- Letrado, acompañe a su cliente,
a ver si podemos terminar, rezongó el juez reclinando la frente en su mano derecha.
Mi abogado saltó como el rayo. Esta vez no me
pisó, esta vez me agarró por el brazo y me arrastró mientras yo intentaba no
perder la compostura porque parecía que me llevaba ya detenida, qué nervio de
hombre…
- ¿Qué te había dicho? ¿Yo qué te
había dicho?
- Pues no sé… no me acuerdo yo…
¿De qué?
- Te dije que esto no era una
reunión informal, que había que estar atenta y que no se puede estar tan
suelta, hablando sin que te pregunten, interrumpiendo… vamos, por Dios, que has
estado hecha un desastre…
- Pues anda que tú… venga a darme
pisotones, a mirarme mal, y que me has sacado a empujones, que me he dado
cuenta, no te vayas a creer; que pareces el abogado de la otra parte, hijo mío.
Entró otra vez por el túnel del tiempo y yo me fui a casa a intentar adivinar cómo demonios encendía el móvil de nuevo. El juez desestimó la demanda, el abogado y el procurador me cobraron un pastón y desde entonces, todos mis informes van estampados con el sello de “Confidencial” por todas partes, que no sé ni cómo los pueden leer.
Ingredientes. No doy cantidades.
Obleas de empanadillas.
Atún en aceite de oliva.
Mejillones en escabeche.
1 ó 2 huevos cocidos.
Salsa de tomate casera.
2 yemas de huevo crudas.
Elaboración.
Picar el atún, los mejillones y los huevos cocidos. Colocarlos en un cuenco.
Añadir el tomate frito poco a poco hasta que la farsa quede unida pero sin estar demasiado líquida.
Mojar el borde de las obleas con agua, colocar una cucharada de relleno en el centro y doblarlas sobre sí mismas.
Unir los bordes presionando con un tenedor.
Colocarlas en la bandeja del horno, sobre un silpat o ligeramente aceitada.
Hornear a 180º durante 10 minutos aproximadamente.
Listas para servir.
Obleas de empanadillas.
Atún en aceite de oliva.
Mejillones en escabeche.
1 ó 2 huevos cocidos.
Salsa de tomate casera.
2 yemas de huevo crudas.
Elaboración.
Picar el atún, los mejillones y los huevos cocidos. Colocarlos en un cuenco.
Añadir el tomate frito poco a poco hasta que la farsa quede unida pero sin estar demasiado líquida.
Mojar el borde de las obleas con agua, colocar una cucharada de relleno en el centro y doblarlas sobre sí mismas.
Unir los bordes presionando con un tenedor.
Colocarlas en la bandeja del horno, sobre un silpat o ligeramente aceitada.
Hornear a 180º durante 10 minutos aproximadamente.
Listas para servir.
Nunca me he visto en unos juzgados, pero seguro me da un yuyu... ajjjaja
ResponderEliminarMuy rica sugerencia; yo a veces también las pongo al horno, tienen menos grasa y las niñas las prefieren así.
Saluditosssss
Nada, no pasa nada... bueno, las salas de vista sí que impresionan un poco más, sobre todo las grandes, pero allí cada uno va a lo suyo :)
EliminarLo bueno de las empanadillas al horno, es que no tienen grasa y no se mancha nada la hornilla!!
Besitos, guapa
Por lo que cuentas casi te digo que no te querría de clientA jajaja ja.
ResponderEliminarLas empanadillas muy buena pinta.
Un beso guapa.
Mari Carmen, tienes mucha razón, ¡lo que sufrió mi abogado, el pobre! jaja.
EliminarBesitos
¡ Si es que eres "Jaimita"...las cosas que te pasan... deberías publicar un libro con tus andanzas y experiencias profesionales !.
ResponderEliminarla verdad, es que te imagino, parece que voy a tu lado, como aquel dia de carreras, sofocadas, intentando dilucidar la dirección exacta de Radio Biznaga....espero que no te dejaras otro "foulard" en los juzgados.
Bueno, a lo que debo comentarte...las empanadillas...riquisimas, perfectas, tienes mucho arte como "guisadora". Las hago igual que tu, pero nunca le puse esos mejilloncitos que seguro les daba un sabor especial...tomo nota.
Un besito.
Pues mira, lo mismo un día que tenga tiempo, escribo sobre mis andanzas profesionales... pero antes, tendré que consultar con un abogado no vaya a ser que, por mucho cuidado que tenga, alguien se mosquee y me vea otra vez en los juzgados :P
EliminarPrueba lo de los mejillones, cierto que le dan un saborcillo especial.
Besos
Guisadora, te voy a preguntar una pregunta...:
ResponderEliminar¿No es menos cierto que el día de autos...?
jejeje
Otro SI DIGO:
Qué digo que me gustan tus historias y las empanadillas.
Un besazo (y no me demandes que no es acoso, es amor...)
;-)
QUE RICAS mARICRUZ Y QUE ASPECO TAN BUENO , FELICIDADES¡¡¡¡¡
ResponderEliminarGracias Niny, eres un cielo :)
EliminarBesitos
Jajajaja!! ¿y lo de "Quien dice ser y llamarse..."? y también "sólo o en compañía de otros"
ResponderEliminarEsta jerga, me encanta :)
¿Cómo voy yo a demandar a mi Posti? Vamos, vamos...
Besitos, guapo.
JAJAJAJA Maricruz se me han saltado hasta las lagrimas; gracias pues ya me hacia falta leer unas de tus aventuras y desventuras que tanto me desconectan del mundo por unos minutos, mi madre la pobre se ha empezado a reir al verme; sin saber por que nos reiamos. Como siempre agradecerte estos momentos. Y en cuanto a las empanadillas exquisitas y eso de los mejillones lo voy a probar pues en mi casa siempre se han hecho con atun en aceite y en escabeche y en vez de huevo duro una tortilla francesa revuelta. Maricruz ya te contare como me salen estas que ya las hare en Ceuta jajaja. Un beso Malagueña
ResponderEliminarJuan Carlos, ya sabes que me gusta que leas mis historias, y sobre todo, que tú y tu madre os riáis. Con unas risas, la vida se lleva mucho mejor :)
EliminarY como historias tengo para aburrir, por lo menos reiremos de vez en cuando, jaja.
Muchos besitos, gaditano guapo!!
Jajaja. Me alegro por los cuatro: por tu madre, Juan Carlos, por ti, por guisadora, y por mi, que me sigo riendo..
EliminarSaludos.
Pues vaya si son desaborios ¿noo?, cualquiera les tose por dios.
ResponderEliminarYo también estuve una vez en el juzgado de fuengirola por un accidente de coches en cadena y, yo era la última de 8 o 9 y, hacen unas preguntas rarísimas, yo me reía, por que me hacía mucha gracia pero, todos estaban con caras de estreñíos jajaja..
Las empanadillas buenísimas, alguna que otra vez las he hecho en el horno y es mucho más cómodo.
Besotes guapísima.
jajajaja! Verdad que parece que has matado a alguien? Se lo toman de un serio... ufff.
EliminarMuchos besitos, guapa
En un juicio en el que estaba como una de las partes implicadas, mi abogado me dijo (textual): va a ganar el que me mejor mienta...
EliminarMecagüenlaputa, GANÉ.... menos mal...
:-(