Ese viaje lo hicimos
Conchi y yo en clase turista, no había billetes en Business. En los vuelos
transatlánticos, llaman primero a los de Business que son a los que hacen caso
los de la tripulación, los demás entramos así como en tropel que para eso somos
los de clase turista.
Nos sentamos y tampoco
está tan mal. Yo me pido ventanilla porque me encanta ver cómo despegamos.
Antes han anunciado por megafonía las instrucciones que ahora incluyen la
prohibición de reunirse ante las puertas de los lavabos - claro, estamos todos deseando encontrarnos
allí para planear cómo nos vamos a hacer con los mandos del avión amenazando
con los palitos de remover el café y no sé cuántas maldades más -, y que
tampoco los del montón podemos estar por las zonas de los privilegiados de Business.
También han indicado las puertas de emergencia, lo de los salvavidas de debajo
de los asientos, cómo ponerse las mascarillas y recuerdan que está prohibido
fumar. Ahí es cuando los fumadores nos acordamos y nos entran unas ganas de
fumar…
Voy al lavabo, y a la vuelta me dice Conchi:
- ¡Qué poco has tardado! ¿No había nadie?
- Pues no… oye, un servicio la mar de mono.
- Pero… ¿tú dónde has ido?
- ¿Yo? Al lavabo ése de ahí enfrente, al que está detrás de la cortinilla.
- Maricruz, por Dios, ¡que has ido al lavabo de los de Business! El nuestro está detrás, al fondo del todo. Ya me extrañaba a mí, siempre nos toca ir al fondo de todos sitios.
- A mí me da lo mismo, nadie me ha dicho nada y como ya sé dónde está, con decir que me he equivocado si alguien me para, pues asunto arreglado.
Pobre Conchi, no hago más que darle disgustos.
- ¡Qué poco has tardado! ¿No había nadie?
- Pues no… oye, un servicio la mar de mono.
- Pero… ¿tú dónde has ido?
- ¿Yo? Al lavabo ése de ahí enfrente, al que está detrás de la cortinilla.
- Maricruz, por Dios, ¡que has ido al lavabo de los de Business! El nuestro está detrás, al fondo del todo. Ya me extrañaba a mí, siempre nos toca ir al fondo de todos sitios.
- A mí me da lo mismo, nadie me ha dicho nada y como ya sé dónde está, con decir que me he equivocado si alguien me para, pues asunto arreglado.
Pobre Conchi, no hago más que darle disgustos.
Total, nueve horas y cuatro minutos como dijeron
al principio del viaje, que ya es afinar con el tiempo. Y todo el rato siempre
había alguien que se levantaba y hacía unos movimientos muy raros: flexiones de
piernas agarrados al respaldo del asiento; estiramientos de los músculos y
rotaciones de los pies; movimientos de cuello y manos… una especie de
imitadores de Rudolf Nureyev o Maya Plisetskaya a los que sólo faltaba las
mallas y el tutú. Eran ejercicios contra el Síndrome de la Clase Turista, que
la gente ya está muy puesta en esto de la prevención. No sé si dará resultado,
pero entretenido de ver, es un montón, mucho mejor que las pelis.
Yo quise hacerlo también, pero Conchi me dijo que me estuviera quieta, que parecía mentira que tuviera la edad que tengo, y que un día nos iban a echar de cualquier sitio por culpa de mis tonterías. Así que vimos la tele de Delta, leímos, charlamos, nos
amodorramos, volví a ir unas cuantas veces al lavabo de lujo, nos dieron una
pizza vegetariana, miré por dónde íbamos en una pantallita muy mona, hice fotos
para distraerme, nos volvieron a dar de comer unas cuantas veces más, y por fin llegamos a Atlanta, uno de los aeropuertos con más
tráfico del país, lleno de gente que parece que vive allí.
Después de subir y bajar por unas cuantas escaleras mecánicas, tuvimos que tomar una especie de metro para ir a la zona de recogida de equipajes ¡que funciona solo! No hay maquinista ni nada, lo lleva un ordenador y a mí me da no sé qué, pero es listísimo. En una de las paradas, una señora estaba en el andén “entro… no entro…” y se oyó una voz por megafonía: “se ruega que no obstruyan las puertas del tren”. Sólo le faltó decir: “señora, ¡a ver si se decide de una vez! " Esto no lo tenemos en Málaga, hay que reconocerlo.
Ingredientes.
Un solomillo de ternera limpio y sin cortar (este pesaba 1.700 grs.)
Lonchas de bacon ahumado.
Mostaza a la antigua.
Aceite de oliva.
1 Copa de brandy.
Sal.
Pimienta.
Sellamos el solomillo en una sartén con el fondo de aceite de oliva. Guardamos este aceite y salpimentamos.
Untamos el solomillo por la parte de arriba con la mostaza y lo envolvemos en tiras de bacon.
Lo colocamos en la bandeja del horno y lo rociamos con el aceite que usamos para el sellado.
Hornear a 180º durante 25 minutos aprox.
Sacarlo del horno, añadir la copa de brandy y flambearlo.
Subir el horno a 250º y hornear otros 15 minutos.
Dejar reposar unos minutos, lonchear y servir.
GUISADORA: Volando voy, volando vengo, por el camino yo me entretengo...
ResponderEliminarComo siempre: sin comentarios.
jajajaja! Gracias, ROMERO. No hace falta que digas nada, lo has "cantado" muy bien :)
EliminarBesitos
What a scare! Bossie! You and your sister alone in this isolated country! Oh my God!
ResponderEliminarHombre, Pepe... tampoco es para tanto :D
EliminarBesos
Maricruz como siempre divertida en tus historias, y por cierto guapisima en la foto del "palito" y yo la pizza no me la hubiese comido por nada del mundo, es superior a mis fuerzas. El solomillo debe de estar exquisito, y lo mejor de todo lo facil que es de hacer, pero de momento es mucha carne para los dos, pero ten por seguro que en la próxima reunión familiar (que no se cuando se producirá) lo hago y seguro quedo como un Rey, Reina Mora. Un beso guapa y por cierto ya me tenias preocupado pues hacia varios dias que no sabia de ti.
ResponderEliminarDe verdad que es fácil, Juan Carlos. Eso sí, mejor hacerlo cuando sois más de dos, pero es éxito seguro :) Ya me contarás...
EliminarAy, si es que no se puede tener tanto trabajo, a ver si me jubilo ya jijiji.
Besitos, gaditano guapo!!
Buenos dias.....ante todo, estás guapisima...amenazadora, pero simpatica..así no podrás "secuestrar" el avión.
ResponderEliminarMe he visto acompañandote en el viaje....lo has descrito a las mil maravillas...esos viajes trasatlánticos, es para vivirlo, experimentarlo y escribir un libro!!!!!
La carne, se ve exquisita, jugosa, rosada...una maravilla de receta...que tendré que probar algún día....
Un abrazo
Gracias, Toñi por el piropo, a esas horas y ya con ganas de juerga, se tiene mejor cara jaja.
EliminarSeguro que tú tienes mil y una historias que contar, con tantos viajes que has hecho, y lo bien que escribes.
Besitos, guapa
LA RECETA EXQUISITA, ME LA LLEVO PUESTA!
ResponderEliminarGracias Carmen!! Y bienvenida, eres mi seguidora nº 100, me encanta :)
EliminarBesitos
Que cosas más graciosas te pasan, o que tu las cuentas con mucha gracia, que también puede ser.
ResponderEliminarLa receta me la apunto, la carne así rosadita a mi marido le chifla.
Besitos guapa
Oli, guapa!! Yo creo que son las dos cosas :)
ResponderEliminarYa me cuentas si le ha gustado a tu marido, vale?
Muchos besitos
buenos dias, yo tengo un trozo de 2kg de Entraña en mi congelador y estaba buscando a "otra" receta ( para no hacerlo a la parilla como de costumbre) y esta manera de prepararla me parece interesante . Mañana me pongo a la obra y ya les contaré mas ....;) Un saludo de Marbella
ResponderEliminarBuena idea! Hazlo y nos cuentas :)
EliminarSaludos.
Que pinta!!!, me gustaria hacerla,pero que la carne no quede rosada, cuánto tiempo más?. Muchisimas gracias por tus recetitas y por las cosillas que cuentas. Un saludo
ResponderEliminarPerdona el retraso en contestar, por favor, pensé que ya lo había hecho.
EliminarLos tiempos dependen del tamaño de la pieza. Si es grande, 10 minutos por cada medio kg. Saldrá rosada como ésta, si la quieres más hecha, calcula 15 minutos más en total, pero es cuestión de ir probando.
Besitos
Mi piace molto il tuo blog, trovo delle ricette che sono una goduria per il pallato.Tanti baci.Paola L.
ResponderEliminarGracias Paola, encantada de que te guste mi blog y las recetas.
EliminarBesitos