martes, 14 de junio de 2011

¡Marchando una de chipirones!


Dijo mi hermano que por qué no hacía chipirones y me pareció bien, aunque me dije a mí misma:  creo que voy a sudar... Como ya hace un poquito de calor y somos muchos, la propuesta no tenía nada de liviana pero me gustan los retos, yo soy así.

Encargué 4 kgs a mi pescadera Mari, que me los consiguió fresquísimos y encima los limpió ¿es o no es un encanto de mujer? Eso que me ahorré. Que conste que sé cómo hacerlo y no me importa limpiar pescado ni moluscos como es el caso, pero cuatro kilos son muchos kilos para el tiempo de que dispongo. Si es que tengo que querer yo a Mari, las cosas como son.

El relleno tradicional es con las patas y aletas picadas, jamón serrano y poco más. Yo sustituyo el jamón por paté de Jabugo, que hace el relleno mucho más suave y cremoso, y le da un puntito diferente.

Hay descubrimientos que te cambian la vida. Uno de ellos es la tinta de calamar en tarro de cristal. Antes usaba la tinta de los calamares y tenía la sensación de que la salsa no era negra, negra. Siempre la veía de un gris marengo desvaído, no me gustaba a mí mucho. Con la tinta de sepia que venden en bolsitas de plástico, la cuestión del color mejoró, pero me ponía de manchurrones de tinta hasta la coronilla. Es que es algo muy trabajoso: abres la bolsita con las tijeras, la tinta sigue allí pegada al plástico y entonces tienes que presionar para que salga. Ahí es cuando ya te manchas los dedos, entonces me ataco, me limpio en el delantal o lo que pille y termino por manchar todo lo que toco. Lo pongo todo perdido, qué agobio. Sin embargo, con estos tarritos, ¡qué maravilla! Sólo necesito una cuchara sopera, y derramo elegante y limpiamente la tinta sobre los chipirones. Es como una experiencia religiosa, que dijo no sé quién.

Un último apunte. Como hay que cerrar los calamares con un palillo para que no se salga la farsa, corto el extremo puntiagudo del palillito de marras, para que no se los claven unos a otros, que era una batalla tremenda y me daba mucha angustia, no fuera a rajarse alguno y se terminara saliendo el relleno. Ahora, ya no hay agresiones chipironeras.
He adaptado la receta para 2 kilos de chipirones.

Ingredientes.
2 kg de chipirones o calamares que también se llaman así. En lenguaje de chiringuito, caramales y caramalitos que son más pequeños, claro.
1 cebolla.
80 gr de paté de jabugo.
2 cucharadas de tomate frito.
2 huevos cocidos.
1 huevo crudo.
1 cucharada de tinta de calamar.
Un chorrito de brandy.
Un vasito de vino blanco.
Pan rallado.
Aceite.
Sal.

Elaboración.
Limpiar los chipirones, separar aletas y tentáculos y trocear. En el paso a paso se ve cómo lo hago, que es rápido y limpio. Colocar en un cuenco.
Añadir el paté, los huevos cocidos troceados pequeños, el huevo batiro, el brandy y el pan rallado suficiente para que la masa esté consistente.
Rellenar los chipirones y cerrar con palillos de madera. Cortar el extremo puntiagudo, si queréis.
En una cazuela, dorar la guindilla y a continuación, pochar la cebolla.
Añadir los chipirones y rehogar hasta que cambien de color.
A continuación, el vino y el tomate, y después la tinta.
Cocer a fuego medio hasta que estén hechos. Depende de los chipirones, de la intensidad del fuego y otras cosas, pero no más de 20 minutos.
Acompañar de arroz cocido.
Servir caliente.

2 comentarios:

  1. Hola! Me ha gustado mucho tu blog, el término "guisadora" me ha encantado y estos chipiriones con paté de jabugo los tengo que intentar hacer!! Me quedo siguiendote, besicos :))

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  2. Gracias!! Para mí, es un placer te sigo yo también. Besitos :)

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