viernes, 22 de julio de 2011

Tortillitas de chanquetes, con permiso de los gaditanos.


Tenía yo una desazón, un come-come, un bulle-bulle desde hace tiempo. Hacer tortillitas de camarones, sí de camarones. Pero viviendo en Málaga, es imposible, aquí no se encuentran camarones frescos y mucho menos, vivos. Lo más que he conseguido es comprarlos ya cocidos, no me gustan para las tortillitas, me gusta verlos vivos y coleando nunca mejor dicho, en la masa. Es que hay guisos que hay que hacerlos en su lugar de origen. Una vez me empeñé en hacer gambas a la plancha en EEUU y por poco me cuesta la vida misma, tuve que ir a pescadería al puerto de madrugada y cuando pedía las gambas con la cabeza, me miraban como a una caníbal o algo peor, vamos como si dijera que me iba a comer saltamontes fritos, que tampoco es para tanto, hay quien se los come.

Por eso me he planteado hacerlas con chanquetes... misión aún más imposible, porque chanquetes originales ya no se venden y me parece bien,  casi que acabaron con ellos. Espero que todavía quede por ahí una pareja de chanquetes dispuestos a reproducirse que no es plan tener que construir otro Arca de Noé para la perpetuación de las especies. Porque quien ha probado los chanquetes de verdad, lo sabe: no hay nada igual, espuma de mar frita que no recuerdo ahora quién lo dijo y me resulta un poco cursi, pero en fin.

Y como a falta de pan buenas son tortas, he echado mano de los llamados chanquetes chinos que también les llaman pez plata. Los chanquetes malagueños, eran rosados y estos son blancos, es verdad. Es como los pollos de corral y los otros que no saben a nada, las cosas como son.

Total, que como no me gusta vivir desasosegada, me he puesto manos a la obra y he hecho estas tortillitas que no son de camarones, con chanquetes que tampoco son chanquetes pero que estaban buenísimas, menos da una piedra. Es mi homenaje particular a los gaditanos, la gente con más áge (entiéndase ángel, gracia, arte...) que he visto en mi vida. Si Sevilla me seduce, Cádiz me enamora.

Unas aclaraciones.
  • El aceite, bien caliente. De lo contrario, la masa no queda churruscante que es lo que queremos.
  • Al echar la masa en la sartén, desplazar la cuchara como si quisiéramos dibujar una pequeña línea recta, así se extiende la masa y no cae a peso, se fríe mejor, empieza a flotar en el aceite y sale la tortillita muy ligera.
  • La masa, líquida. Al verterla en la sartén, parece que se va a desintegrar, pero no pasa nada, que no cunda el pánico, se aglutina perfectamente ella solita.
No doy cantidades, no las he medido pero es fácil. Sólo hay que tener un poco de sentido común.

Ingredientes.
Chanquetes chinos. Vienen congelados; descongelarlos, escurrirlos y salarlos ligeramente.
Cebolla muy picada.
Ajos muy picados.
Perejil picado.
Harina de trigo común.
Harina de garbanzos.
Agua.
Aceite de oliva.
Sal.

Elaboración.
Disponer todos los ingredientes en un cuenco grande, excepto los chanquetes que se añadirán cuando la masa esté hecha. Moverlo bien.
Calentar el aceite en una sartén amplia e ir echando cucharadas de la masa de la manera que he explicado. Dar la vuelta a las tortillitas y escurrir en papel de cocina.
Servir calientes.



3 comentarios:

  1. Gracias, Mabel!!! Tengo que probar a hacerlas con gulas :P
    Besitos, guapa.

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  2. Muy ricas Maricruz.
    Me has hecho recordar, hace muchos años, por el paseo de Málaga, las tortillitas que me comía, y los carabineros a la plancha, y..... mejor lo dejo, que me pongo a llorar, pero de gusto.
    ;-)

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