martes, 5 de abril de 2011

Albóndigas al limón con salsa de cebolla


O almóndigas, como dice mucha gente, que está admitido por el diccionario de la R.A.E. y todo.

Lo bueno de las albóndigas, es que se pueden hacer de mil y una maneras y a casi todo el mundo le gustan. Estas las suelo hacer para la gente menuda cuando nos reunimos todos y mientras los mayores nos entretenemos con las tapitas y el picoteo mientras llegan los plats de résistance, ellos comen tan contentos (los mayores, más).

Otra ventaja de las albóndigas es que se pueden hacer de víspera y luego sólo hay que calentarlas. Con patatas fritas o arroz blanco, quedan perfectas.


Ingredientes para las albóndigas

500 gr. de carne picada. Mitad cerdo y mitad ternera.

Un huevo.

2 dientes de ajo picados.

Pan rallado.

Perejil.

El zumo de un limón.

La ralladura de un limón.

Sal.


En un cuenco, poner la carne, la sal, los ajos, el zumo y la ralladura del limón, el perejil y el huevo. Mezclar para que se amalgame todo. Y he dicho mezclar, no amasar con saña un ratazo como hace mucha gente, que luego resulta una masa horrible y sospecho que poco apetecible. Si la carne es de buena calidad, cuanto menos la castiguemos, mejor.

Añadir el pan rallado poco a poco, justo para que el compuesto tome cuerpo. No queremos que tenga demasiado pan rallado porque entonces, las albóndigas estarán duras y tendrán que cocer mucho tiempo. No me gusta la idea.

Dar forma a las albóndigas y pasarlas por pan rallado. Hay quien las pasa por harina, eso va en gustos. Entrar el frigo para que reposen. Entremientas (es una expresión que me hace mucha gracia, la he oído más de una vez en la consulta) preparamos los ingredientes de la salsa.


Ingredientes para la salsa


200 gr. de cebolla picada.

1 diente de ajo picado.

150 cc de vino blanco.

150 cc de caldo de pollo.

2 hojas de laurel.

1 cucharada de harina.

Sal.


Freimos las albóndigas en una sartén con aceite de oliva. Se van a pegar algunas, pero que no cunda el pánico, tiene solución y no hay que andar cambiando de cacharro.

En la misma sartén, dejamos el aceite justo para la salsa y echamos la cebolla y el ajo picados en brunoise. O sea, a cachitos chicos de toda la vida pero dicho estilo chef. Entre la cebolla y el aceite, lo quemaíto se va a ir y a mí me gusta el saborcillo que le da a la salsa. Ponemos ahora el laurel. Pongo dos hojas, en casa tenemos un dicho: "si te toca el laurel, te vas de viaje". A mí me encanta viajar, así tengo más probabilidades...

Cuando esté todo blandito, añadimos la cucharada de harina y la tostamos bien para que no deje regusto.

A continuación, el vino y luego el caldo.

Introducimos ahora las albóndigas y a cocer a fuego medio para que se pogan blanditas y se trabe la salsa.

Servir calientes, claro.

Entonces, es cuando los mayores se dedican a probar las albóndigas de los peques, hay que sacar más albóndigas de tapita y no quedarán para otra vez. Bien mirado, así tengo más sitio en el congelador.



2 comentarios:

  1. Cuanto hace que no hago albóndigas!!! Tengo carne picada, me solucionaste el tema del almuerzo de hoy.
    Me gustó lo de la salsa de limón, esta buenísima para un montón de platos.
    Un besote

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  2. Gracias guapa! Ya sabes, hoy toca "pelotillas" jajaja. Besitos

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